capítulo 6

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  La joven podía tratar la herida, sabía las formas y métodos que su padre utilizaba para hacerlo. Recordemos que siempre acompañó a su padre en las visitas que hacía en Menfis. 

—paser tiene que ayudarlo. —propone. Aunque ella podía hacerlo, sabía que la mejor opción era que paser cure su herida.

Por otro lado amenothep parecía no importarle la cortadura, ni la cantidad de sangre que goteaba sobre la mesa. 

—Responde a mi pregunta.

—Es mucha sangre. —mira su cortadura. La sangre derramada solo le recordaba a las veces que ella tenía que ayudar a curar a los heridos en prácticas. Eran jóvenes que entrenaban para llegar a ser parte del ejército Egipcio.  —Necesita ir donde paser.

La mirada de amenothep estaba en ella. Veía como se sentía alarmada por algo tan pequeño.

—Es solo un poco de sangre, nada del otro mundo. —su fatal interés era abrumadora para ella. —Responde a lo que te pregunté.

—No lo haré si usted no va donde su abuelo.

—No.

—¿Por qué? —lo mira inconforme. 

—Eres la hija de sennefer, sabes cómo tratar una cortadura. —usó el sentido común.

—Si, pero... —es interrumpida.

—Lo harás tú, no acepto una negativa.

No le quedó más que aceptar la petición del principe. Se dirigió rápidamente al taller de paser para sacar todo lo necesario. Contó con la suerte de que no había nadie, asi se evitaba dar explicaciones del tema. Ella conocía los materiales y procedimientos que tenía que hacer.

Después de tener todo a su alcance corrió hacía el campo de entrenamiento para curar al joven príncipe.

—¿Me permite? —azeneth pide la mano del principe para empezar con la limpieza de la cortadura.

Amenothep confiado le entrega la mano. —¿Que es lo que harás?

No responde a su pregunta. Toma con una mano la del principe y en la otra tenía una bendita que anticipada ya había humedecido en el bol. En la primera limpieza fue superficial.

Azeneth con la mirada en la cortadura, mientras que amenothep tenía la mirada en ella, de una forma tan descarada que no tenía ni la mínima intención de disimular, a todo esto Azeneth lo notaba, pero trataba de no prestarle atención.

—¡Ay! —soltó un sonido de dolor. Rápidamente quitó su mano.

—Tenia que limpiar de forma profunda. —dijo en su intento de no reír. —¿me permite? 

Amenothep le entrega nuevamente la mano. Está vez prestó atención a lo que la joven hacía.

Azeneth tenía que hacer una limpieza profunda nuevamente para después envolver con unas vendas. Antes de poner la venda tenía que ponerle un poco de un tónico de color amarillo sobre su cortadura, amenothep desconocía ese tónico, entonces no sabía que reacción tendría.

Humedecio una venda con el tónico y lentamente la acercó a la cortadura. "¡Ay! " Dijo y quitó su mano nuevamente.

—Aun no lo toqué —le dijo Azeneth. Soltó una pequeña risa —¿Me parece o tiene miedo? 

Avergonzado por su reacción, aclaró su garganta. —Solo estaba probando mis reflejos.

Después de eso Azeneth no tuvo más inconveniente, por qué él se quedó quieto hasta que ella terminó. 

EL CORAZÓN DEL PRÍNCIPE DE EGIPTO [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora