capítulo 63

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Sonreí dudosa y asentí —Así es.

—Permíteme presentarme —dijo —Yo soy la princesa Nitocris de Babilonia.

Belen se acercó más a mí para susurrarme "¿Y que hace aquí una princesa? ", belén estaba sorprendida por su presencia, no la culpo, tenía apariencia agradable.

—Un gusto princesa... —Dije. —Quisiera saber cuel es el motivo de su presencia y más aún a estas horas.

—Vengo acompañado al príncipe amenhotep, bino para poder hablar con tu madre, justamente se encuentran adentro platicando.

¿MI MADRE? ¿Como por qué amenhotep quisiera hablar con ella?, me intriga mucho eso.

—¿Por que? 

Se pronunció bakenmut —Señorita azeneth, el príncipe tenía la intenci– La princesa elevó la palma en señal de silencio para callar a bakenmut.

—Dejemos eso a un lado, ¿Podemos platicar ambas mientras tu madre platican con el príncipe? —Preguntó la princesa.

—Disculpe princesa, pero antes quisiera saber cuales son los motivos de que amenhotep esté aquí, más aún después de nuestra última plática.

Belen decidió retirarse —Azeneth, nos vemos mañana, me iré a descansar. —Dijo y se retiró.

No me conoce y no sé que es lo que tenga que hablar conmigo.

—No te molestes, yo solo quería contarte un poco, créeme que no tengo una mala intención.

Antes de poder responder la puerta se abrió y amenhotep salió de la casa.

Al vernos hablando se sorprendió.

—¿Ya terminaste de hablar? —Preguntó Nitocris. 

Amenhotep se puso la capa nuevamente.

—¿Que tenías que hablar con mi madre? —le pregunté.

Me miró  —Solo pasa y ella se encargará en decírtelo.

—¿Entonces nos podemos ir? —Dijo la princesa.

Amenhotep asintió con la cabeza, entonces  ella cruzó su brazo con el suyo.

Los tres  se fueron. Me quedé plantada de pie observando como se iban. No voy a negar que me sentí mal, sé que no debo pero es algo que no controlo.

Me sentí bajoneada, ella es una princesa y el es un príncipe, harían la mejor pareja. Ella es algo que su madre quería yo fuera.

Las preferencias que tuvo a otras antes que a mí me hace pensar como si yo siempre hubiera sido poca cosa para su hijo.

Cuando entré a la casa mi madre se encontraba sentada en un rincón.

—Ven aquí querida —me dijo.

Yo caminé cabizbajo y me senté a lado de ella, dejé caer mi cabeza sobre su hombro.

—¿Que pasó madre?

—¿Estas bien? —Me preguntó mientras con una mano acaricia mi rostro.

—Dime lo que amenhotep te dijo madre.

Ella tomó mis manos e hizo que me siente firme y que la mire a los ojos.

—Azeneth, mírame.

Elevé la mirada y la vi a los ojos.

—¿Es cierto que tu padre bino hablarte sobre el tema de irte?

—Perdóneme, no quería que–

—Querida, solo quiero que confies en mí... ¿ si?... el príncipe me dijo algo que me dejó preocupada.

EL CORAZÓN DEL PRÍNCIPE DE EGIPTO [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora