La leyenda continua

Capítulo 08. Matrimonio

Hola, que tal, después de tantos días de no escribir a causa de tantas tareas y proyectos de la escuela, al fin pude darme un tiempo libre para seguir con esta historia, espero les guste!!

Luego del desastre que causaron Kuvira y Mako y de la muerte de Katara, Korra no podía dejar de pensar en que la vida se puede acabar en cualquier momento, y más para ella, que siendo el avatar, siempre está expuesta a peligros y gente que la quiere eliminar. Y mientras caminaba de la mano de su novia rumbo a la casa de sus padres, se le ocurrió pedirle matrimonio a la pelinegra, a Korra le parecía una locura, nunca había escuchado que dos mujeres se casaran, ni siquiera sabía sí eso se podía, pero sin duda estaba convencida que quería pasar el resto de su vida al lado de la ingeniero, así que decidió comprarle un anillo de compromiso a Asami en cuanto estuvieran en Ciudad República.

Asami: ¿En qué tanto piensas amor?

Korra: Ah...ammm...en nada, ¿por qué?

Asami: ¿Segura?, en todo el camino de regreso no has dicho ni una palabra y eso no es muy común en ti.

El avatar suspiró y apretó la mano de su novia.

Korra: Pues todo lo que ha pasado, el creer que te había perdido, lo que Mako te hizo, y la muerte de Katara, me hacen pensar que la vida es muy corta, y que tenemos que aprovechar cada segundo con las personas que queremos.

Asami: Sí, tienes mucha razón amor, es increíble que Katara ya no esté con nosotros, pero fue muy valiente al defenderte.

Korra: Yo soy la que debería estar en esa tumba ahora y no ella...

Asami sintió como su corazón se apachurraba al escuchar tales palabras de su novia, es cierto que le dolía la muerte de Katara, pero sí a Korra le hubiera pasado lo mismo se moriría junto con ella.

Asami: ¡Korra, no digas eso!

Korra: Es la verdad amor, pero bueno, tal vez el destino lo quiso así para que Katara se reuniera con Aang.

Asami: Mi amor, yo no quiero que te pase nada, me moriría si me faltas.

Korra: Sabes que estamos expuestas amor, y todos, no solo nosotras, pero no te preocupes, entre todos nos protegemos, ahora lo importante es reconstruir Ciudad República y las demás naciones.

Llegaron a la casa de los padres de Korra, todos partirían al día siguiente así que Senna y Kya se dispusieron a preparar una buena cena. Todos comenzaron a dispersarse, Tonraq charlaba con Tenzin, Peema con Opal y Bolin, que las hacía reír con sus ocurrencias, Jinora se escondía de su papá para poder estar con Kay, Meelo e Ikki recorrían el pequeño iglú de los padres de Korra sobre bolas de aire.

Peema: ¡Meelo, Ikki!, deténganse, si rompen algo se las verán conmigo.

Meelo: ¡Mamá, estamos aburridos!

Mientras todos causaban un alboroto, Korra y Asami estaban sentadas en el sofá, Asami recargaba su cabeza en el hombro de la morena, y estaban tan agusto que ninguna decía nada, hasta que su paz fue interrumpida por Meelo e Ikki.

Meelo: ¡Korra vamos a jugar afuera, anda!

Ikki: ¡Sí, hagamos una guerra de bolas de nieve!

Korra: Chicos, yo...

Al avatar no le desagradaba la idea de una guerra de nieve, pero no quería parecer inmadura frente a su novia.

Asami: Ve con ellos amor, yo ayudaré a tu madre y a Kya con la cena.

Korra: ¡Gracias amor!

Y Korra pegó un salto del sofá y abrazó a la pelinegra y después le dio un tierno beso. Asami amaba ese lado infantil que tenía Korra y le encantaba verla jugar con los hijos de Tenzin.