Comienza a llover de camino a casa, y fiel a su inexistente suerte que tiene la costumbre de disminuirse en los negativos, Jeongguk no tiene ni paraguas ni algún abrigo con capucha. Termina colocando su bolsa de cuero sobre su cabeza para protegerse, pero eventualmente comienza a entrar en pánico cuando se da cuenta de que es una mala idea. El pequeño bolso se mete entre las solapas de su abrigo mientras trata de protegerlo, subiendo al autobús con su flequillo empapado.
Debe ser un espectáculo patético, porque el conductor le está ofreciendo un pañuelo para limpiarse un poco la cara. Se mueve rápidamente hacia las últimas filas, tan lejos como puede para que, en la comodidad de su asiento, poder hacerse pequeño para entrar en calor y tratar de disfrutar el recorrido a casa.
Este es suficiente combustible como para no volver a salir nunca más, preferiblemente por el resto de su vida y hasta bien entrada la siguiente.
La lluvia solo empeora cuando el autobús finalmente llega a su parada. Las calles están vacías.
Mira su reloj. Es medianoche.
—Gracias. —murmura al conductor, que está ocupado mirando por la ventana en lugar de prestarle atención. Jeongguk casi repite la despedida antes de dejarse llevar por el hecho de que está lloviendo a cántaros. Es tan ruidoso, que cubre el mundo con un sonido similar a las olas del océano.
Casi le ruega al conductor que le deje quedarse hasta que la lluvia pare, pero sabe que eso no sucederá. Es solo un poco de agua. Puede manejarlo, es un adulto.
Se arrepiente de ello en el momento en que baje la última escalera de metal. La puerta se cierra detrás de él y el autobús se va en segundos, casi desapareciendo en la intensa neblina en la que la lluvia se está convirtiendo lentamente. Un millón de gotas caen del cielo en arroyos constantes, lo que dificulta que Jeongguk deambule por la calle oscura, siente como el brusco goteo se desliza por su espalda, empapando su ropa.
Este no es su día, ni su semana, ni su mes.
Dios, esta ni siquiera ha sido su década.
—Joder. —suspira para sí mismo, levantando la vista y encontrando esa estúpida valla publicitaria. Está tan empapado como él, pero, por supuesto, el chico todavía se ve impecable como siempre, es una maldita imagen. Una foto de un extraño o modelo cuya carrera se ha convertido en sostener productos de baño, sonriendo radiantemente en una calle muerta de una de las ciudades más solitarias del mundo.
Cuando Jeongguk lo piensa de esa manera, no puede evitar esbozar una sonrisa húmeda.
—Supongo que todos estamos un poco solitarios. —le dice a nadie. La lluvia es muy fría y está seguro de que a estas alturas le va a dar fiebre, pero se queda allí parado y se come con los ojos al chico del cartel. —Incluso el anuncio más bonito de la ciudad se empapa solo.
Se adentra en la noche, hundiéndose contra su bolso mientras se enrosca sobre él. Realmente no puede permitirse uno nuevo a corto plazo.
Está en el pórtico de su condominio cuando oye algo suave crujir entre los arbustos.
Se congela.
Jeongguk no es de los que son pesimistas, lo considera un realismo introvertido, que nace tanto de observar como de evaluar lo que es probable que suceda. Como ahora mismo. El arbusto está temblando y su suerte es una mierda.
Entonces, razonablemente, la respuesta aquí es teorizar que hay algún tipo de ladrón escondido que planea saltar y asesinarlo por su bonito bolso. Eso es probable.
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LONELY [kookmin]
FanfictionJeon Jeongguk, chico introvertido y solitario por mucho tiempo, adopta a un gato. Resulta ser mucho más de lo que esperaba. ✧ Contenido homosexual, si no te gusta, xau. ✧HYBRID¡!JIMIN ✧ Historia originalmente mía, prohibida cualquier copia u adaptac...