Trato entre vecinos (En Edición)

Capítulo 5: Gracias

Crístal Murphy:

-Es...espera ¿Qué? - Digo sin palabras.

-Ya no. - Responde él bajando la mirada.

-¿Me lo dices enserio?

-Yo no miento.

-Júralo.

Él no dice nada y entonces todo empieza a ser confuso para mí. Si es verdad, la cosa se puede complicar.

-Júralo. - Repito.

Él solo menea la cabeza y por fin puedo respirar. La idea de Sebastián era muy buena, después de pensarlo tanto si serviría y sería mi mejor atajo, sin Ásher todo sería más difícil.

-Entonces...¿Por qué dijiste que no? - Pregunto.

-Porque no me debe gustar, sale con Thomas y él...es mi amigo, no puedo hacerle eso.

-¿Y él sabía que te seguía gustando cuando terminaron?

-No...

Eso explica porque son novios, aparte de la plata obvio. Si Thomas no sabía que a Ásher le gustaba Camille, no creo que se hubiera cuadrado tan fácil, código de bros supongo...

-Así que respetas su relación... - Si hace eso...yo no lo voy a obligar a hacer algo como lo que estoy pensando. - Bien yo...ya me tengo que ir.

Me iba devolviendo sobre mis pasos cuando él agarra mi mano suavemente.

-¿Qué ibas a decirme? - Volteo mi cara y me encuentro con su mirada.

-Ya no es importante...

-¿Qué era? - Repite. - No te dejare ir si no me dices.

Era o quedarme en el apartamento de mi vecino sin decirle nada, o irme felizmente a la mía.

-Iba a proponerte que fingieramos ser una pareja para que así llamemos la atención de ellos. - Tomo aire. - Tú de Camille y yo de Thomas, pero tú respetas su relación así que no te obligaré.

Me suelta con rapidez y eso me asusta, mis temores empiezan a asentuarse en mí y poco a poco me falta el aire. Hace mucho no sentía el hecho de ser vulnerable, creo que debí quedarme con mi rutina cotidiana y neutra, por testadura Crístal.
Nadie más que Victoria sabía quién me gustaba, eso era seguro, pero...Ásher, le puede decir y...todos en la universidad se pueden burlar de mi, no soportaría volver a sufrir algo así, la nerd y el chico popular...

-N-no-le-d-digas... - Cuando el aire me falta, me altero más porque hace mucho no los tenía, exactamente desde la secundaria, ya no sabía cómo tenía que reaccionar. Para que no me suceda esto, normalmente me defiendo (verbalment), sin dejar que me sienta mal, pero aquí y ahora...no sé que contestar...él ni siquiera tiene alguna reacción.
Era otro de los problemas que lidiaban mis padres, y obvio no eran los mejores.

-Ey ey...tranquila, no le diré a nadie... créeme. - Dice. - Trata de respirar...fíjate en...la lámpara, alumbra de color blanco, es alta...redonda...mira sus características.

Yo sigo sus indicaciones hasta que por fin me calmo. Me recuesto sobre la pared y caigo hasta el piso...no pensaba experimentar eso otra vez...

-Mira, un vaso de agua. - Me lo tiende y se sienta al lado mío.

El silencio es súper incómodo, demasiado, ¿Tenía que pasarme esto a mi?

-Gracias...

-No hay de que... - Responde. - Tú...tienes...¿ataques?

La pregunta me toma por sorpresa...pero, responderle con la verdad es lo mínimo que puedo hacer después de que me ayudo.

-Los tuve de pequeña, desde septimo grado deje de tenerlos ya que no me metía con nadie, o hablaba con alguien...hasta ahorita. - Pienso en lo que pasó para darle un porque. - Supongo que el quedarme encerrada en mi burbuja me mantenía a salvo, no tenía...preocupaciones.