Capítulo 9: Segunda primera impresión

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Crístal Murphy:

Estaba frente a mi espejo detrás de la puerta, admirando la ropa que me puse hoy, un cambio más en todo lo que hacía...y no es incómodo, más bien, raro, nuevo.
Tenía un jean bota campana, junto con una camisa manga corta que se pega a mi cuerpo, dejando notar mis curvas y cintura, llevo un chaqueta color beige que abriga muy bien, justamente hoy está haciendo mucho frío. Junto con un collar, una botas tacon negras y el pelo recién arreglado, me preparo (Una vez más) mentalmente para salir.

La primera persona que me verá así, después de Victoria y Marina, será Ásher...y él no es que sepa guardarse muy bien sus caras, así que si quedé mal, lo notaré. Estaba utilizando los lentes de contacto, no fue muy difícil acostumbrarme a ellos, de hecho es como un peso menos de encima...en cierta parte.
Seguí los consejos de Marina y me maquille sutilmente, nada como tipo payaso o algo similar.
Después de bañarme la boca y aplicarme perfume, salgo, como si fuera un nueva yo, más segura de sí misma, excluyendo el ser diferente.
Mentalmente me apoyo a mi misma, diciéndome que me veo muy bien, que los cambios son positivos y, bueno, así.

Tomo mi mochila y camino por el pasillito del apartamento para llegar a la puerta principal, y sin dudarlo dos veces, abro de un tirón, cuando salgo, aún no la cierro completamente. Y allí estaba Ásher con su teléfono.

-Hola eh... - Dice, levanta la vista de su teléfono y se me queda viendo, de una manera que...no puedo saber cómo decir. Es como sorpresa y desconcierto, sin entender que es.

-Ay Dios. - Me doy la vuelta y vuelvo a entrar a mi apartamento, cerrando la puerta tras de mi para apoyar mi espalda en ella. - Yo eh...me voy a cambiar.

Iba a dar un paso cuando escucho su voz tras la puerta.

-¡No! Estás perfecta. - Eso me hace sonrojar. - Quiero decir...así estás bien, no te arrepientas.

Abro la puerta con lentitud, y veo que su brazo estaba interponiendo la puerta del ascensor para que no se cerrara.

-Entra o mi brazo quedará aplastado. - Cierro la puerta y entro con rapidez. Cuando el hace lo mismo, siento un aire...un tanto incómodo. - Cuando...

-No preguntes. - Digo mirando al suelo. - Si lo haces me sentiré más nerviosa de lo que estoy y me dará un ataque de ansiedad.

-Ya sabes que estoy aquí, y parte del trato es ayudarte en eso. - Me mira desde el espejo.

-Ajá bien...

Al salir, mis pies empiezan a moverse sin que mi cabeza lo piense, con una rapidez que me sorprende que no me cansé, pero no troto ni corro, a lo cuál viene el siguiente comentario.

-No soy atleta Crístal, espérate un momento.

Freno en seco y me pongo la mano en la cara.

-Agh, perdón es que soy tan...diferente a como era, en el sentido literalmente físico.

-Pero no te deberías avergonzar, ahora que veo, tu cuerpo es espectacular, pero nunca lo habías mostrado. Así enamorarás a muchos chicos.

-Se supone que estoy contigo. - Empezamos a caminar los dos.

-Así que eres fiel a pesar que es una farsa.

-Sí queremos que se vea real nuestra obra, no podemos ir contra las reglas del guión. - Dice. - Es una metáfora por ahí que escuché.

-Jumm...

A una esquina de entrar a la universidad, lo paro.

-Bien, tomemonos de la mano, y...despidamonos en un abrazo, nada de besos. - Hago una pausa. - Aún.

Trato entre vecinos (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora