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Dia uno.

— ¡Vamos Severus! Yo sé que tú puedes — trataba de animar el de rizos , estaban en los jardines tratando de hacer algún hechizo sensillo — ¡No creo que esos mocosos puedan más que tú!

— ¡Cállate de una maldita vez pulgoso! Hago lo mejor que puedo.

Severus llevaba casi dos horas tratando de hacer levitar una pluma de lechuza , era lo más sensillo que Sirius pensó que podrían intentar , pero no parecía dar ningún resultado , Severus tenía su cabello recogido en media coleta , durante la primer hora había permitido que su cabello estuviera suelto pero al iniciar a estresarse por no obtener resultados decidió atarlo , la mirada curiosa de Sirius estubo en todo momento sobre el , estaban lo suficientemente lejos de los alumnos para evitar llamar la atención , no querían que alguno de los alumnos delatara que los "grandes salvadores del mundo mágico" estaban haciendo presencia en el colegio.

— Oye tranquilo , lo lograrás lo se.

No obtuvo respuesta alguna y tras unas horas más tratando de lograr algún avance fue que se dió por vencido.

Día dos.

Un muy malhumorado pelinegro se encontraba en la torre de astronomía , trataba de evitar que la lluvia cayera en esa zona , quería hacer un especie de techo pero era lógico que estaba fallando  , ese día la lluvia decidido darse paso libre y una gran tormenta azotaba la escuela y sus alrededores , Sirius estaba escondido en su forma perruna bajo la cama , por alguna extraña razón el de rizos se había vuelto perro al iniciar los primeros truenos durante la madrugada y había sido imposible sacarlo de su escondite , solo se dedicaba a lloriquear.

Las horas habían pasado rápido desde que había salido de la habitación que se escondía en esa misma torre , quería callar el llanto del pobre animal , se notaba que de verdad le fastidiaba el sonido.

Por un momento se maldijo al no lograr hacer ningún hechizo , si tuviera su magia ya habría silenciado el lugar entero , pero no.

Eran las doce del mediodía cuando se sintió demasiado empapado , tenía casi seis horas afuera tratando de calmar la lluvia pero era inútil , el era inútil sin su magia.

Entro a la habitación y pudo notar de inmediato como una cabeza se asomaba un poco de bajo de su cama , como unos orbes grises como el cielo en ese momento lo miraban y parecía esperanzado.

— No funcionó , sigue todo igual.

Fue lo único que dió como respuesta y se fue al baño , necesitaba quitarse la ropa empapada.   

El chucho por su parte se quedó escondido bajo la cama asta el pálido salió del baño unos quince minutos después con ropa seca , lo vio acostarse en su cama y colocar su antebrazo sobre sus ojos , era lo que solía hacer Severus cuando las lágrimas lograban salir y no quería que Sirius lo viera.

El chucho usó toda su fuerza de voluntad y salió disparado de debajo para subir de un salto a la cama contraria acurrucándose un poco , dejo su cabeza sobre el pecho del menor en un intento de consolar su silencioso llanto , esa tarde Sirius obtuvo de recompensa caricias entre sus orejas y un adorable sonrojo en las mejillas del menor.

Día tres.

La lluvia seguía azotando el colegio pero los relámpagos y truenos por fin se habían acabado.

Sirius tenía a Severus tratando de montar una escoba , Severus no sabía en qué serviría eso pero tampoco lo contradijo.

Eran las doce cuando por fin Sirius le permitió dejar la escoba en su lugar , se sentía patético estando escondido en el armario donde dejaban los alumnos sus escobas tratando de montar en una , jamás fue bueno haciéndolo y estaba seguro que no lo sería en ese momento.

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