⊹ ˚. Rose garden. ♡ / jaeyong - omegaverse

·˚ ༘あ single rose ♡

Había pasado ya cuatro meses desde la última pérdida que mantuvo encerrado a taeyong por semanas en su habitación, recuperando su fuerza de apoco con la ayuda de chele y renjun principalmente, Jaehyun le había prometido visitarle más algo que no le había creído desde el primer momento, incluso los primero días en los cuales volvió a desaparecer y perder por un poco la nula esperanza que tenía en el mayor, pero después de eso, sus visitas habían sido diarias, incluso tomaban el desayuno juntos en la habitación poque taeyong no tenía ganas de salir.

Había veces que incluso llegaba un poco agitado cuando era la hora de la comida, taeyong al principio pensaba que al igual que anteriores veces, comería solo y estaba muy acostumbrado a ello incluso antes de la pérdida, solo recordaba haber comido juntos cuando fue su etapa de celo pero de ahí en fuera, no tenía otro recuerdo, pero cuando le vio cruzando aquella puerta por primera vez con la charola de comida en sus manos en vez de chenle, algo dentro de él se volvió cálido pero temeroso aún de confiar en ese jaehyun que le acomodaba los platos en frente sobre la mesita provisional que había puesto en su habitación con doble ración de cada cosa, incluso al principio pensó que solo le dejaría la comida y se iría pero no, tomó una silla vacía y se sentó en frente suyo.

Las siguientes veces se volvieron más conmovedoras que hicieron que su apetito volviera poco a poco y que las energías volvieran aunque no las suficientes para abandonar esa habitación, al menos había pasado de estar solo acostado en la cama a sentarse en la ventana a ver los atardeceres o apreciar el jardín desde su cuarto, ahí pudo notar que la rosa blanca del centro se estaba marchitando, ese fue el primer día que se armo de valor para poder salir de ahí e ir directo al jardín a cuidarla un poco recibiendo un "es bueno verte de nuevo, taeyong" de yangyang con una sonrisa, había una cicatriz a la altura de su labio inferior y otra en su ceja del lado izquierdo que le llamó la atención pues antes no las había visto, así que solo lo atribuyo a que había tenido una misión y solo pudo contestar con un "gracias" de vuelta y una pequeña sonrisa también notando la presencia de jeno al otro lado pero que solo se digno a sonreír recibiendo una venía de este. Le dejaba mucho más tranquilo que yangyang estuviese ahí con él pese a la presencia de jeno que, aunque no era incómoda, no estaba acostumbrada a ella más que aquella vez que salió de compras, aún así la presencia de yangyang le parecía grata incluso cuando intentaba regar la rosa blanca junto con las demás pues el mismo le traía la regadera con el agua. Yangyang se había convertido en su sombra.

Salir al jardín fueron sus primeras salidas, algo que conmociono a todo el mundo, pues la presencia de taeyong en la casa había desaparecido por tanto tiempo hasta ese momento. Después comenzó a comer afuera y pedía que exclusivamente cada plato fuera revisado por renjun antes de ingerirlo, pero también agradeció que jaehyun comiera con él "públicamente" ante todos sus empleados, así al menos se sentía como la pareja del patrón como según decían todos, aunque le incomodaba el hecho de saber que su alrededor el comedor estaba lleno de alfas custodiando, no se veían, pero a él solo le bastaba con tener a yangyang y jeno cerca.

Tampoco había tenido intimidad con jaehyun, su lobo lo agradecía completamente porque lo único que quería era ser mimado, consentido y amado por el alfa hasta que sus heridas sanaran y algo que funcionaba de a poco, periódicamente se encontraba en sus sueños al mismo lobo blanco que había visto la última vez en aquella pesadilla pero en compañía de un lobo negro que lamia su oreja, jugueteaban juntos o estaba acurrucados uno cerca del otro, unas escenas sumamente tiernas que dejaban a taeyong con el corazón blando, pues no había vivió ese tipo de sueños antes y quería pensar que ese lobo negro no era ni más ni menos que el lobo de jaehyun, aunque al igual que él, le tocó ver como el lobo blanco se entristecía un poco cuando el otro tenía que irse, así que le hacía cariños en la cabeza al can mientras observaba a la nada esperando que una figura negra apareciera de vuelta.