❝ Justo en el momento donde estaba todo bien, me vienes a decir que todavía me amas, igualmente también te amo.❞
Ambos chicos se encontraban en la sala principal del apartamento, esperando a que la chica saliera de arreglarse y marcharse de una vez a la fiesta. Soobin, quien a cada cinco segundos miraba el reloj se desesperada, pero por otro lado Sunghoon estaba tranquilo, sabia que pronto iba a salir.
— Me estoy comenzando a desesperar. — dijo en voz alta, mientras se tiraba repetitivas veces al sófa como un niño pequeño.
Soobin recibió una pequeña mirada del contrario, para luego reír y darse cuenta de lo que habia hecho. A los pocos segundos, la menor se dejo ver por ambos, estaba reluciente.
— Y.... Como estoy? — les preguntó de manera tímida, habia sentido sus miradas desde que traspado la puerta.
Su hermano fue el primero en responder con una sonrisa encantadora, haciendo que por esa acción sus ojos de achinarán más de lo que los tenía.— Me casaría contigo sino fuera tu hermano. — alagó el mayor a la pequeña.
El último en mencionar algo fue el mejor amigo de la pelinegra, quien seguía recorriendo su cuerpo con la mirada. Luego de unos cuantos segundos, la mirada del pelinegro se poso en los ojos marrones de la protagonista, haciendo sin querer contacto visual.
— Siempre estás hermosa. — le dijo de manera dulce a la menor.
Ella solamente sonrió y se dispusieron a salir en camino a la agencia.
Por otro lado.
— Quienes faltan por llegar? — le preguntó al encargado de recursos humanos.
Ello se quedo un rato en silencio, mientras el chico revisaba con suma delicadeza la lista larga que llevaba entre sus manos. Al llegar a la última miro el nombre, para luego hablar.
— Faltan los inversionistas de Corea, señor. De seguro no tardarán en llegar. — aseguró el mayor.
— Esperó y sea así. — susurró el pelinegro para luego marcharse del lugar.
. . .
En pocos minutos por la puerta se podían notar tres siluetas muy conocidas de manera internacional. La menor estaba en el centro de los chicos y ellos a los costados como si de escoltas se tratasen, todos con su conjunto negro, algo misterioso, pero muy casual.
— Necesitamos encontrar la mesa ciento cinco, vayan a ver y yo los espero aquí. — ordenó la menor sutilmente.
Ellos solamente asintieron y se disparzaron. Sunghoon por la derecha y Soobin por la izquierda, mientras ella se quedaba parada en el medio del gran salón.
Notó que estaba algo atravesada entre tanta gente y decidió caminar un poco, hasta que logrará divisar a ambos chicos. Su caminata era lenta, movía sus caderas al ritmo del compas, un cuerpo algo peculiar y llamativo en algunas ocasiones, no le gustaba mostrar mucho sus cualidades.
La chica paro en una pintura, la reconocía. Fue una vez que fue con Jay al museo de bellas artes en Corea, mucho antes de que se fuera.
— Donde estarás, Jay... — murmuró con tristeza.
Estaba apunto de marchar hasta que alguien chocó con ella, haciendo que ambos cayeran al suelo. Un pequeño quejito se hizo presente de ambos, hasta que pudieron abrir los ojos y divisar bien de quienes se tratasen.
— Hanna. — murmuró el mayor con impresión.
La menor rápidamente se levanto, dispuesta a caminar, pero él tomo su muñeca impidiendolo. A lo que ella se soltó bruscamente antes de que hablará, pero él la volvió a tomar, y esta vez el agarré era mas fuerte.
— Hanna, hablemos por favor. Sé que es de una manera rara de encontrarme, pero solamente dejame hablar contigo. — súplico entre lágrimas.
Allí los recuerdos habían vuelto.
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Counting stars | Jay Park (Enhypen)
Fanfiction|| ❝La única cosa que siento es dolor, causado por tu ausencia.❞ || Comienzo: 23/07/22. Termino: 11/08/22.