Extra

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Hanna luego de hablar con Jay se puso en marcha a hacer los transmites que la empresa les había pedido para finalizar la alianza que tenía. Por fin consiga paz, mientras Jay sentía que su mundo se le venía encima. 

La chica estaba dispuesta a irse, hasta que sintió que la tomaron de la muñeca, ella miro de reojos por su hombro derecho y era Jay, soltando un gran suspiro. 

― Qué quieres Jay? ―preguntó sin titubear. 

Él solamente la observo un rato estando de esa forma, su perfil era bastante lindo a la vista del chico. Tenía miedo a hablar y que soltará palabras hirientes que terminarán con él. 

― Solo, quería hablar por última vez, ya que te irás a Estados Unidos luego de esto. ―recordó con nostalgia y soltó un suspiro.

― Ya te deje claro todo Jay, aquella noche fue dura para mi y sé que para ti también, pero es lo único bueno que podemos hacer por el significado ❝nosotros❞ alejarnos y no buscarnos, eso es lo único que pido. ―se soltó de la agarre de Jay de manera brusca para luego seguir caminando. 

― ¡Solamente quiero volver a contar las estrellas contigo! aunque sea una vez más. ―susurro las últimas palabras. 

Ella paro en seco al escuchar las palabras del pelinegro y aunque no pareciera ya estaba comenzando a llorar, se estaba destruyendo a si misma por estar allí con la persona que amo más que a ella misma. Posó sus manos en su pecho de forma en que los sollozos no fueran escuchados por el chico, se estaba comprimiendo de una forma descomunal. 

Tuvo el valor de dar media vuelta y quedar frente a él a algunos metros de distancias. Ambos se miraron fijamente a los ojos, podían sentir el dolor, la nostalgia y la melancolía en sus miradas, la tristeza que siempre cargaban a estar lejos de ambos y volverían a pasar. 

― Lo mismo quisiera yo Jay, pero la estrella que siempre quise contar fueron las de tus ojos y esas jamás las alcance a contar porque te fuiste. ―confeso la chica quedándose estática en el sitió mientras las lagrimas se deslizaban de manera rápida por sus mejillas 

Ahí Jay volvió a oír su corazón quebrarse por decima vez por las duras palabras de la chica, le dolía que ella le siguiera recordando sus errores, a pesar de que estaba en el pasado. Lo que él no entiendo es que no lo hacia con el propósito de hacerle daño, sino de desahogar todo lo que le dijo a Sunghoon cuando estaba mal  y quería decirle todo lo que sentía a él. 

― No te voy a culpar o recordar lo que hiciste, es la manera en que puedo desahogarme con alguien que no sea mi mejor amigo y novio. ―se burlo de si misma. 

Él permanecía callado no quería hablar, solo pudo ver como se alejaba de ella nuevamente, había perdido el amor de su vida. 

― Oye tú! ―gritó la chica― ¡No volveremos a ver en otra vida y seguiremos contando estrellas juntos! 

Volvió a verla sonreír, estaba agitando su mano mientras reía y lloraba al mismo tiempo. Jay no pudo con eso, hizo lo mismo y asintió con su cabeza de manera suave que estaría encantado de volverlo a ser. 

― Ojalá vuelvas en algún momento y podamos seguir observando las estrellas. ―susurro Jay para si mismo. 

El estadounidense se había puesto en marchar hacia su debida casa, con su corazón en la maleta estaba dispuesto a dejarla ir por el bien de Hanna y por el suyo. Sabia que si seguía con su recuerdo en la cabeza lo iba a atormentar demasiado, iba a comprimir mucho sus emociones y jamás la iba a querer soltar, porque su felicidad era ella. 

Las lagrimas no paraban de correr por sus mejillas, mientras él se hacia un cuestionario a sí mismo, se preguntaba si lo que había hecho estaba bien o estaba mal. Su corazón le gritaba que volviera por ella, pero su mente le dije que era tiempo de que ella misma tomará su rumbo, él fue quien nunca quiso hablarlo, dejar de lado sus indiferencias y solucionar las cosas. 
Ambos se amaban, querían estar junto al otro y todo marchaba de manera estable, pero el siempre creyó que escapar era la solución, que siempre permanecerían juntos. 

― Mamá, sé que me debes de estar escuchando, tal vez si te fuera hecho caso de que hablará con ella, estaríamos siento felices los tres, pero fui un tonto. ―dijo mientras miraba el cielo. 

Una fuerte brisa paso por de lado de él, pero no era fría, era una cálida brisa que le causaba paz y lo tranquilizaba, a pesar de que todo su ser lloraba y gritaba el nombre de Hanna. 

― Gracias por estar siempre escuchándome mamá, tal vez sabiendo que siempre estás presente podré seguir adelante. ―expreso caminando un poco más rápido pudiendo divisar su vivienda. 

Con el corazón destrozado, las esperanzas quebradizas, decidió seguir adelante y remendar su error a pesar de que no tenía sentido hacerlo. 

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Counting stars | Jay Park (Enhypen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora