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   ❝ Recuerdos imborrables, 1/3. ❞

Narra Hanna 5 años atrás:

Eran las tres de la mañana y aún no lograba conciliar el sueño. La lluvia no cesaba tampoco, el fuerte viento estampaba mis ventanas y hacia que las ramas de los arboles también chocarán con ellas.

El miedo me estaba invadiendo cada vez más, no podía respirar bien debido a la ansiedad tan acumulada. La soledad poco a poco me consumía y yo seguía encerrada entre cuatro paredes, como si yo misma quisiera acabar con mi existencia.. Y en realidad no es así, o quizás si, pero, quería a toda costa salir de allí. 

Sabia que nadie escucharía mis plegarias, las razones por las cuales su ida me afecta de manera descomunal, los dolores que me causaba día tras días y noche tras noches. De igual forma, seguía repitiendo las mismas palabras tal como la primera vez.

      ❝Jay, vuelve.❞

En esté punto de mi vida, es donde surgen tantas preguntas. Me pierdo totalmente de todo y de lo que pasa  a mi alrededor con tan solo 16 años, ya quería acabar con mi existencia. 

El tic tac del reloj me aturdía de una manera inimaginable, yo cerraba mis ojos con fuerzas intentando no ponerle gran atención a ello y restarle la mayor importancia posible, pero poco a poco me comenzaba a desesperar.. Quería verlo, sentirlo y que me dijera que todo iba a estar bien.. Lo necesitaba tanto.

Me levanté de donde estaba en dirección a la puerta, dispuesta a salir de mi habitación en plena madrugada. Baje a la primera planta por un vaso de agua, para ver si eso aliviaba mi estrés, estaba todo en total silencio, mis padres aún se encontraban dormidos, aunque tampoco faltaba mucho para que despertaran, su horario comenzaban a las seis de la mañana, y ya eran las casi cuatro.

Tome un vaso de las despensa, saque el agua de la nevera y al culminarla la cerré para luego servirme un poco. Deje aún lado el embace del agua y me alejé de la mesada.
Despacio tomaba el agua, volvía a sentirme fresca y tan liberada, pero de un momento a otro, comencé a escuchar su voz. 

              — ❝Darling~ sé que me necesitas, como yo a tí. Te estoy esperando.❞ 

Me giré con rapidez para tratar de divisar de donde provenía la voz, una tan reconocida por mi, que con tan solo escucharla mi corazón se volvía loco. 

            — ❝ Estás cerca mi princesa, ven por tu príncipe~❞

La voz se comenzó a escuchar más fuerte, provenía del patío trasero de mi casa. 
Sin pensarlo dos veces, abrí la puerta trasera del patío y salí, no me importó dejar la puerta abierta, porque era imposible que alguien aparte de mi se metiera allí. 

Al salir solamente pude ver como las pequeñas bombillas alumbraban el césped, mientras lo demás solamente era oscuridad eterna. Me di la media vuelta para adentrarme a la casa nuevamente y la puerta se había cerrado, juré haber entrado en pánico esa noche.  

                — Estás aquí mi princesa.  — dijo detrás de mi. 

Voltee desesperadamente, y no conseguí nada. Observé a mi alrededor, mi respiración se agito debido al miedo, estaba verdaderamente aterrada. 

Sin pensar en que se convertiría en una pesadilla.

                — Ese  ❝juntos por siempre❞ jamás será visto, no volveré, te quedarás sola, te morirás así y verás como nadie te querrá. Eres tan ilusa, Hanna. Mi vida no estará jamás contigo.  — dijo con repulsión.

Tape mis oídos, para no escuchar las palabras hirientes que pronunciaba aquel Jay falso que mi cabeza había creado y comencé a decirle cosas sin sentido también, evadiendo a toda cosas que envenenará mi mente.

               — No, Jay no haría eso.  — comencé a llorar, eso era lo que me provocaba el miedo.

               — Ay, por favor. Crees que si te quisiera, se fuera ido?  — rió irónico.

Tenía razón... Fuera permanecido conmigo. 

                 — No, no, me niego aceptar que es así. 

                 — Acéptalo, porque él no volverá.  — fue lo último que me dijo para desvanecerse

Me desesperé y grité.

                    — ¡JAY, JAY, JAY! ¡JAYYYYYYYY!  — grité su nombre repetitivas veces.

Una sombra negra se posó entre mis ojos y los cerré con fuerzas esperando lo peor, hasta que los volví a abrir y estaba de nuevo en mi habitación. Mientras al lado de mi cama estaba mi madre.

                      — Mi amor, me alegra que estés bien, me diste un gran susto.  — dijo preocupada, mientras tomaba mi mano. 

Fue todo un sueño..

Counting stars | Jay Park (Enhypen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora