I wanna be yours - Steve Harrington +18

Nuevo vecino

Eran casi las dos de la mañana cuando mi madre y yo llegamos a nuestra nueva casa en Hawkins, veníamos de Australia y entre aviones y coche se nos había hecho demasiado tarde.

Era un barrio bastante decente, así que la mayoría de las casas eran grandes, pero justamente y por mala suerte del destino, la nuestra estaba justo al lado de una en la que había una gran fiesta de adolescentes de mi edad borrachos, empezábamos genial, tenía hasta espectáculo.

Mi madre negó con la cabeza mientras aparcaba el coche delante de nuestro portal y salía para empezar a coger cajas y llevarlas adentro. Me apresuré a ayudarla cogiendo unas cuantas y entrando casi corriendo por la puerta.

- ¡Me pido la habitación más grande! -grité soltando las cajas y corriendo escaleras arriba buscando el cuarto más grande.

- ¡Ayúdame con lo que queda Grace! -gritó mi madre, pero la ignoré un poco.

Conseguí encontrar la habitación más grande y dejé una de mis cajas dentro, bajando otra vez para entrarlo todo y poder descansar por fin. Estaba agotada.

Estuvimos casi una hora entrando y saliendo, colocando cajas y dejándolo todo un poco listo.

Sobre las tres y media de la mañana, ya no se escuchaba ningún ruido fuera, la fiesta había parado y yo decidí mirar por mi nueva ventana, solo para encontrarme que daba al patio trasero de mi nuevo vecino, y que él estaba ahí, tumbado en una tumbona, fumándose un cigarrillo.

- Joder, que guapo es. -hablé sin darme cuenta y vi como él subía la mirada hacia mi.

Rápidamente me tiré al suelo, cerrando la cortina y metiéndome a la cama. Menos mal que no me había visto.

Intenté dormir, pero como siempre mi insomnio era más grande que yo y me ganaba. Salí de la cama con solo una camiseta larga que me llegaba a la mitad del muslo y decidí ir a tomar algo de aire fresco.

Una vez fuera empecé a inspeccionar mi patio trasero, era muy parecido al que tenía el vecino, solo que el nuestro aun no tenía nada de decoración.

Un ruido me sobresaltó, haciendo que soltara un gritito. 

- No grites, que es muy tarde. -habló una voz.

- Me has asustado ¿sabes? podrías ser perfectamente un pedófilo loco y yo morir aquí mismo, mi grito ha podido alertar a alguien para no morir sola. -hablé muy rápido.

- ¿Qué? -el chico empezó a reírse, ganándose una mirada asesina de mi parte, imbécil.

- Pues eso, yo no me río.

- No soy ningún pedófilo, soy tu nuevo vecino, y según tu, soy muy guapo.

- Yo no he dicho eso. -repliqué con mis mejillas ardiendo.

- Te he escuchado.

- No.

- Si.

- Me voy, adiós. -me giré para irme pero su voz me detuvo otra vez.

- Soy Steve, Steve Harrington.

- Muy bien, ¿quieres un aplauso? -le solté con una sonrisilla.

- ¿No vas a decirme tu nombre? -dijo pasándose la mano por el pelo.

- Vas a tener que ganártelo, guapo. - esta vez sí que me giré y me fui de ahí, escuchando su risa de fondo.

Me metí en la cama y aun notaba como mis mejillas seguían ardiendo, maldito imbécil.

Solo esperaba que no me molestara mucho y me dejara tranquila.

Pero eso al parecer no estaba en los planes del grandioso Steve Harrington.

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Hola bombones, tengo muchas ganas de escribir una historia con nuestro querido Steve, esta va a ser más relajada, aunque os sigo diciendo que mucho drama va a haber. 

Espero que os guste tanto como la otra de Eddie, os adoro a todaaaass. :)