Capítulo II

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Al día siguiente fue al bar quince minutos antes de las tres de la tarde, ya que Nolan le había permitido retirarse unos minutos antes al no haber visitantes –cosa que agradeció bastante. Los nervios le carcomían la mente lentamente al igual que la ansiedad. Sí, estaba ansioso de ver a aquel policía desde que habían acordado encontrarse allí, por eso su mirada era decorada con cansancio y unas leves ojeras. No había despegado un ojo en toda la noche haciéndose la cabeza sobre qué hablarían y cómo les caería a Niall y Berni. ¿Bien? ¿Mal? Louis parecía ser similar a ellos pero... ¿eso le aseguraba un buen vínculo?.

Al entrar vió a su amigo limpiando algunas mesas y se sorprendió al verlo por esas horas. Se volteó, observó el reloj colgado en la pared, y volvió a mirarlo, frunciendo el ceño.

—¿Se nos quedó el reloj sin batería o qué?. —le preguntó, acercándose a él.

Sentía que sus nervios hasta eran capaces de percibirse a través del olor, por su simple presencia.

—Hola, ¿no?. —lo molestó sin analizar su tono de voz seca y forzó una sonrisa.

Era tanta la adrenalina que llevaba por dentro que no estaba pensando muy bien en lo que decía, mucho menos en lo que hacía. Se preocupó, ladeando la cabeza, al ver que el irlandés negaba con la cabeza.

—¡Berni!. —lo llamó en un grito—. ¡Traete un whisky que presiento que por acá la cosa no anda bien!.

Negó repetidas veces y soltó un suspiro, agachando la mirada, al ver como instantáneamente el mencionado hacía acto de presencia, con el delantal de la cocina negro bañado en harina.

—¿Qué te pasó, ricitos?. —inquirió, ambos teniendo un semblante demasiado preocupado.

Pasó un brazo por los hombros del orbes celestes y caminó hasta sentarse frente a la barra. Volvió a suspirar y los observó a los dos, en total silencio.

—Tengo un chico para presentarles... —susurró y vió como ambos se miraron con los ojos bien abiertos antes de volver a mirarlo.

—¿Qué?. —cuestionó Niall—. Hace pocos días tuvimos esa charla... —se calló al recordar que era algo que solamente ellos dos sabían—. No creí que ya ibas a venirte con novio. —admitió, justificando su asombro y agregó—: Pero, bien por vos. Felicitaciones. —y palmeó su espalda.

—Miralo Niall. —se sumó el mayor a la conversación—. Siendo el más chico le va mejor en el amor que a vos y a mí juntos. Envidiable, che.

Parpadeó repetidas veces procesando la información... ¿Qué carajos? Había pensado varias situaciones sin embargo ninguna era similar a esa.

¿Estaban creyendo que Louis y él eran... novios? ¿Ya estaban asumiendo y dando por hecho que era gay cuando ni él lo sabía?.

—Yo... —aclaró la garganta con cierto nerviosismo—. Yo nunca dije novio, dije chico.

—Puede ser tu chico. —lo contradijo el hombre, haciendo énfasis en el pronombre posesivo.

—Yo... —titubeó y nuevamente pasó saliva en seco.

No, no era su chico. ¿Cómo carajos les explicaba que apenas lo había visto dos horas el día anterior? No podía enamorarse en dos horas tampoco.

—Awwww. —al parecer a su amigo le dió ternura sus torturantes nervios—. ¿Acaso te da vergüenza decir que tenés un chico? Yo lo gritaría, después me matan pero, se lo presumiría a todos.

—Debe ser lindo el chico para que te tenga así de nervioso. —agregó, apoyando un codo en la superficie para colocar su mentón en la mano.

Pareció que al rubio se le había prendido un foco ya que elevó las cejas y luego sonrió sin separar labios.

My policeman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora