Capítulo XV

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Ágilmente se colocaba sus zapatillas blancas, sentado en el borde de la cama y estando ansioso al saber que Louis le daría un regalo. Pero lo que más ansiedad le generaba era ser consciente que él también le había preparado una sorpresa: pensaba enseñarle su libreta con las pequeñas composiciones que escribía con su nombre en mente. Y lo ponía nervioso mostrarle ésa parte suya, aquel Harry excesivamente romántico y enamorado que lo transmitía a través de las palabras y rimas.

—Harry. —escuchó y elevó la vista hacia la puerta, donde se encontraba Gemma apoyada contra el umbral con una taza de té entre manos.

Últimamente solía verla con su bata oscura, deambulando por la casa con una infusión y acompañada siempre de algún libro. Pensó que se había peleado con Jack y ésa era la razón por la cual estaba en un intento de modo depresivo y solitario, sin embargo hasta podía llegar a decir que estaban en su mejor momento, ya que aquel chico era quien le regalaba todas las novelas que leía y luego la oía hablar por horas sobre el relato, haciendo preguntas, estando atento. Realmente que le ponía feliz ver que su hermana se había enamorado de alguien tan bueno.

—¿Qué sucede, Gemms?. —le preguntó, amarrando mejor el nudo.

—Por favor, prometeme que no se van a descontrolar. Mamá no va a tardar mucho en regresar del supermercado. —le pidió, provocando que se sonroje ferozmente, y le tiró el almohadón más cercano, fallando y haciéndole reír.

Recordó como días atrás estaban allí, sentados sobre su cama, y como lo que en un principio eran besos, cosquillas y risas, acabó en suspiros, uñas clavadas y nuevas marcas sutiles en sus clavículas. También recordó el pequeño detalle de que no habían pasado a mayores porque la chica ingresó a la habitación repentinamente, cuando supuestamente iba a pasar la tarde por el centro de la ciudad junto a su novio y Anne estaba en la casa de una amiga; sin embargo había regresado antes al sentirse mal y, para colmo, Jack se encontraba en la sala esperándola. No sabía explicar la vergüenza que sintió al ver cómo Gemma los interrumpía en el acto, escuchándole gemir en búsqueda de más contacto de su policía. Así que, desde ese momento, ella sabía todo, aceptándolo sin mucho cuestionamiento, y lo ayudaba con el maquillaje en su cuello, cosa que le agradeció profundamente.

“—¿Recordás que una vez me preguntaste si ya había empezado a interrogar a Louis?. —espetó trás su pregunta de que si era demasiado notorio su romance, llamando su atención y a lo que asintió—. Bueno, ya era evidente que ambos se gustan entre sí y quería darle el valor para que se declare sin decirle directamente que vos ibas a corresponderle.

—¡Gemma!. —exclamó con cierta timidez—. Con razón estaba sonrojado. Vos sos tan disimulada como Niall, así que pudiste haberle dicho cualquier cosa. —habló con sarcasmo, escondiendo su rostro entre manos.

—Yo solo quería que mi hermanito tenga novio que a su vez sea un cuñado decente, y Louis es la mejor opción”.

—Te lo prometo. —murmuró con el verde clavado en la pared, sin la suficiente valentía como para verle a la cara.

De soslayo la vió asentir sutilmente antes de volver a desaparecer, cerrando la puerta. Suspiró y se levantó para tomar su libreta, examinando los fragmentos con su letra, hojeando ágilmente. Hasta que el timbre se oyó a lo lejos y las palabras dejaron de tener coherencia y sentido en su mente, dejando de ser procesadas directamente, viéndose borrosas. ¿Era normal la manera en la cual Louis podía sacarlo del mundo para aislarlo en uno propio, rodeado de las paredes infinitas de una jaula de cristal? ¿Era normal que, al pensar en él, el tiempo dejara de existir?.

La puerta volvió a abrirse y allí lo vió, teniendo una amplia sonrisa entre labios cuando el azul impactó el verde, vistiendo una camisa que sabía que más tarde se encargaría de arrancar, y teniendo una pequeña bolsa plástica roja entre manos. Sonrió, deteniéndose en observar la chispa que su color poseía, ese brillo al que estaba acostumbrado a ver cuándo sus ojos se encontraban con los suyos. Y su corazón latió un poquito más rápido al pensar que aparecía con su presencia.

My policeman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora