4| SHAWNA

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Observo con atención a Dayle mientras organiza los artículos que compré hace un par de días para la habitación de la bebé, ya tenía una cuna que él mismo había traído, pero después que pintó las paredes la habitación estaba un poco vacía por lo qu...

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Observo con atención a Dayle mientras organiza los artículos que compré hace un par de días para la habitación de la bebé, ya tenía una cuna que él mismo había traído, pero después que pintó las paredes la habitación estaba un poco vacía por lo que fui una mamá emocionada viendo un sin números de artículos para el hogar, en especial en el área infantil.

No lo sé, pero a parte de placentero, me sentí como una señora.

Sonrío ante ese pensamiento.

Después de mi babyshower decidí recibir asistencia psicológica, en especial porque suelo ponerme muy ansiosa con facilidad y todo el asunto de llevar un embarazo no planeado me ha tenido al borde. Admito que me siento mucho mejor conmigo misma, entenderse y comprender qué te lleva a hacer ciertas cosas, quita luego un peso de ti.

Ayer mi psicóloga y yo estuvimos hablando sobre mi decisión de tener a la bebé. Creo que la primera razón por la que decidí no abortarlo es porque yo también tengo miedo al abandono y aunque no lo parezca un aborto también puede ser un modo de abandono.

Independientemente de ese hecho y de todo lo demás que hemos estado hablando, también he estado aprendiendo a tener un vínculo afectivo con la criatura que llevo en el vientre. Me parece divertido el modo en que mis amigos suelen hablarle al bebé, así que la mayoría del tiempo termino conversando con ella esperando que pueda entenderme. Pero mi parte favorita es cuando le canto alguna canción y parece querer bailar ahí dentro. Resulta un tanto incómodo que se mueva tanto, pero en el fondo me hace feliz que le haga feliz mi manera no perfecta de cantar.

Se siente como si nos entendiéramos muy bien.

Estoy casi segura que si otra madre me escucha decir algo así me miraría extraño.

Vuelvo la vista nuevamente a Dayle que me mira interrogante. He mandado a pintar la pared del fondo color coral, bueno, no es del todo coral, más bien es un tono entre marrón y el coral que no recuerdo el nombre y que vi en algún lugar y dije quiero que la pared sea justo así. De algún modo encontré el tono perfecto, así que busco que los artículos de la habitación hagan juego porque me tomo muy en serio todo el asunto de la decoración.

—Creo que queda mejor en la esquina junto al armario —le indico y Dayle niega con un gesto divertido porque básicamente le he hecho mover todo una y otra vez.

Asiento en aprobación cuando lo veo. La cuna está en la pared del fondo, haciendo contraste con la única pared de color intenso. Justo en la esquina derecha de la pared Dayle ha dejado una plantita. Tenemos un tocador para cambiar los pañales justo frente a la ventana y extiendo una alfombra color beige en el centro justo al pie de la mecedora.

—Es perfecto —digo complacida de lo que veo.

El día del parto está a la vuelta de la esquina y mis nervios están a flor de piel. No sé cómo se las arregla Ivy para exudar confianza a cada instante pero yo no puedo simplemente estar tranquila después que me hizo ver videos muy explícitos de otras mujeres dando a luz. Lo que sí me emociona con demasía es el hecho de que ya la habitación de la niña está lista, hace un par de días incluso arreglé el bolso junto con Ivy y una ropa pequeñita que me regaló para el día de su nacimiento.

Cinco Razones Para Quedarte [Libro II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora