Capítulo 11.

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Astucia.

Madison.

No me jodan, ya no se puede ir ni al baño.

"British national report.

Los novios favoritos del público, Madison Blake y Theo Maxwell disfrutando de la pista de hielo ayer en "Alexandra Palace Ice Rink".

Dos de las mentes más brillantes, dos de los billonarios más codiciados de Reino Unido, los herederos de la soberanía de la arquitectura.

Qué pareja más icónica.

Esperamos con ansias el día que nos hagan saber cuándo será la boda, mientras tanto disfrutemos de verlos compartir felices".

¿Cuál soberanía de arquitectura? Si seré soberana de algo, será del patinaje artístico.

Mi supuesto prometido lee la misma nota que yo mientras como las frutas de su plato.

—Mira, aquí nos vemos bien. —Me muestra una foto y no puedo creer que se esté fijando en eso.

Es una foto de cuando lo ayude a entrar a la pista, ambos estamos sonriendo.

¿En qué momento tomaron esta foto?

—¿Es en serio? ¿Sabes que tu maravilloso y falso suegro debe estar colapsando de ira en estos momentos?

—No sabes lo feliz que me hace, debo ser el yerno del año. —Contesta sonriendo.

Por un lado, me alegra, ese siempre fue el plan. Estar en el ojo público y que vea que soy más que una marioneta que puede manipular a su antojo.

El problema es que antes de anoche y anoche me cogí al plan.

Mis mejillas se sonrojan de solo recordar, agradezco al cielo que esté concentrado enidolatrarse a sí mismo con las fotos que nos tomaron y no en mi cara. Se queda reparando las fotos unos minutos, qué egolatría. Jesús.

Los brazos de mi mejor amiga me envuelven mientras deja un beso en mi cabeza.

—Señora Maxwell. —Me saluda.

Señora, ni que tuviera cincuenta años.

Va por el lado de Theo y le extiende la mano que corresponde.

—Señor Blake. —Me saca la risa con la cara que hace Theo.

—Por Dios, Camila —se persigna—, que ni Dios lo quiera, si llevo ese apellido me mata mi papá y después me mato yo.

—¡Oye, ese es mi apellido! ¡¿Qué te pasa?! —Le pego en el hombro.

—Sí, bonita, no lo digo por ti.

Lo miro mal y me mira igual hasta que dejo salir una risa perdiendo la batalla de miradas.

—Castaña hermosa —me saluda Jacob lanzándome un beso—. Energúmeno.

Saluda a Theo haciendo reír a todos menos a él.

—Ya quisiera un poseído por el demonio verse tan bien como yo. —Contesta tajante.

—Uhhh —burlamos a Jacob.

—Ya quisiera un energúmeno verse como tu prometida, mi castaña si es hermosa —le lanzo un beso y mi amiga finge estar celosa, sé que finge porque está a nada de reírse—, tú también eres hermosa, mi linda abogada. —Dice y un Awww sale de mi boca haciendo un puchero.

—Qué ridículos. —Reniega Theo rodando los ojos.

—Exclamó el que compró un Jeep de más de ochenta mil libras solo por mis alergias y pagó miles de dólares por apartar una pista para mí. —Susurro en su oído haciendo que ruede los ojos nuevamente, maldiciendo por lo bajo.

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