Capítulo 49.

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Compromiso.

Theo.

2 meses después.

La veo revisar papeles de la empresa y buscando lugares para su nuevo proyecto. Sí, va en serio lo de crear un club/escuela de patinaje gratuito.

Observo el cofre que vacila frente a las partituras, estoy detrás del piano así que no lo ve. Estos dos meses han sido bastante productivos, ella ha estado en varias reuniones con los accionistas de Maxwell Blake Industries y también está enfocada en el patinaje.

Yo me presenté en dos recitales oficiales con la ópera y al fin encontré el bendito anillo de matrimonio. Lo tenía bajo llave en su departamento y tuve que usar la copia que me dio hace mucho para entrar y por fin tenerlo en mi poder, lo necesito para el plan que tengo esta tarde.

—Señor Maxwell, le estoy hablando. —Levanto la vista, me observa por encima de los papeles.

Tomo el anillo escondiéndolo en el bolsillo de la chaqueta.

—Dígame, señorita Blake —me levanto caminando hasta ella. Levanta la cabeza pidiendo un beso que obviamente le doy.

—Esto me tiene estresada, deberías ayudarme, es nuestra empresa, no solo mía. —Señala los papeles frente a ella.

—Es treinta por ciento mía —la corrijo—. Usted tiene el cincuenta y uno por ciento, CEO.

—Pero soy tu novia, ayúdame —pide, me siento a su lado en el comedor—. Mira, encárgate de estos compromisos que yo me encargaré de mi patinaje.

—Qué maldita, solo querías deshacerte de tus compromisos para enfocarte en el patinaje —sonríe victoriosa—. Tengo toda la tarde ocupada, te ayudaré solo unas horas.

—¿Qué harás en la tarde?

—¿Recuerdas eso en que pensaba hace unos meses? Eso de lo que te di una pista.

—Verde —masculla.

—Exacto, sucederá hoy.

—¿Puedo ir? —Hace un puchero batiendo sus pestañas—. Prometo no interferir.

—Tendrás una tarde ocupada, estate pendiente al celular. —Me ando con rodeos.

Rueda los ojos.

—¿Iras a verte con la rubia que dijiste ese día? —Entorna los ojos—. Maldito.

Me saca la risa.

—No, no existe tal rubia, te dije que solo me gustas tú.

Me mira guardando silencio.

—Ya, nena, te contaré todo esta noche, pero ahora no puedo.

—Bieeeen. —Acepta su derrota.

Se concentra en lo que necesita para el club, quiere fundarlo en conjunto con el equipo de Bobbie así ellos se encargan cuando ella esté ocupada. Mi novia es una mujer de admirar, nada que ver con la chica que era hace más de ocho meses. Su madurez aumentó, está cumpliendo sus labores como CEO, pensando a futuro y planeando cosas.

Amo verla en todas sus eras. La niña juguetona y risueña que era cuando nos alejaron. La chica fashionista, abeja reina, porrista y con toda esa rebeldía, carácter y fuerza que ocultaba cuando nos reencontramos. La chica de veinte años que trata de superar su secuestro y que está lográndolo grandemente y la mujer de veintiuno, responsable, madura, estratega e increíblemente inteligente en la que se ha convertido ahora.

Me encargo de los quehaceres de la empresa mientras ella sigue enfocada en su nuevo proyecto.

—Nena, debo irme —digo con la llamada que me entra, es Maximilian—. Sabina y Matteo vienen para acá.

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