Aparca el coche, ha conducido al menos dos horas. Por lo que cuando llegamos, son las seis de la tarde.
— Casi lo olvido. Ahí dentro, no somos Yoongi o Jimin. Vas a referirte a mí en todo momento como Agust.
— ¿Por?
— Bueno... Normalmente, son apodos dentro del rol, pero igual sirven para mantener tu nombre real oculto.
— Bien, y yo...?
— No lo sé, no pensé en eso. ¿cómo te gustaría?
— Algo que suene lindo...
— ¿Kitty?
— Sí. — le digo asintiendo, emocionado.
— Bien, pues vas a llamarte Kitty — me dice soltándome un pico
Bajamos del auto, estamos en la entrada a un antro, está iluminado por un cartel de luces led color azul que se encuentra justo en la frente del lugar.
"BLUE"
Valla, se esforzaron.
El cadenero le asiente a Yoongi y lo deja entrar. Cuando entramos, el lugar está hecho música y ruido.
Las luces azules nos pegan en el rostro y cuerpo, entonces le aprieto el brazo a Yoongi.
— Dijiste que era una cena.
Se ríe un poco y agradezco no haber venido con lo que él quería que me pusiera.
Pero me quedo paralizado, un tipo se acerca Yoongi y le tiende la mano, él la toma con toda la tranquilidad del mundo.
¿Mi alboroto? Se debe a que tiene a una mujer que gatea en el suelo, guiada por él, que la sujeta de una correa de cuero negro.
— Agust, ¿cómo va todo?
— Estamos bien.
Es todo lo que escucho, me pierdo mirando a mi alrededor, Yoongi tenía razón. No imaginaba lo que habría aquí dentro.
Hay todo tipo de parejas, heterosexuales, lesbianas, gays, jóvenes y hasta personas mayores. Lo cual me avergüenza un poco.
Mujeres con los senos al aire, hombres manoseando el trasero de sus acompañantes sin vergüenza o pudor alguno.
Y mi visita se centra en un chico que está en cuclillas frente a otro, le abofetean y lo recibe con tanto gozó que su cara te permite ver que lo está disfrutando demasiado.
Ni siquiera me he dado cuenta de que Yoongi me hablaba.
— Kitty.
— ¿Ah?
— Quiero presentarte a Charmy.
Le tiendo la mano y me la toma con gentileza.
— Un placer, Kitty. Lindo nombre.
— Gracias.
— Ahora, voy a dejarlos solos. — dice para marcharse de ahí.
Yoongi sigue caminando y me dirige a una mesa.
— ¿Qué estabas mirando? — pregunta cuando hemos tomado asiento.
Frente a nosotros, está una pareja de chicas. Una de ellas coloca algunos bocadillos en la palma de su mano y la otra lame y come de ahí, fingiendo ser su mascota.
— En realidad todo... Todo aquí es muy...
— ¿Raro? Puede ser.
— Tú... Haces eso...? — le digo apuntando con la mirada discretamente a la pareja de chicas.
ESTÁS LEYENDO
𝙳𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙳𝚎 𝚄𝚗 𝚂𝚞𝚖𝚒𝚜𝚘 [Editando Ortografía]
أدب الهواة⚠Esta historia está en constante edición por lo que algo en ella podría cambiar sin llegar a alterar el desarrollo. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar una persona en su búsqueda del amor y del placer? Jimin se sumerge en una extravagante búsqueda...