Capítulo 8

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Necesito desahogarme y no puedo hacerlo con nadie.


Caminé muy rápido, no ví cómo lo hice, no ví como llegue tan fácilmente a mi casa. Estaba viviendo en mis pensamientos y de repente ya estaba en la puerta.

—Estoy agobiado de tanto, en serio —Hablaba conmigo mismo y no sabía cómo despejar mi mente ya de tanta problemática.

Entré a casa y estaba sola, quién sabe dónde andaban los dueños y tampoco tenía cabeza para pensar en eso también.

Me retiré toda la ropa y fuí al baño en paños de una vez a bañarme.

Tardó unos siete minutos en llenarse la tina, pero parecía eterno, cada línea de agua que salía por la llave de paso la veía infinita, estaba muy mal y de un momento a otro terminó, me sumergí en ella y comencé a soportar la respiración dentro de el agua.

Fueron pocos segundos, no más de cincuenta, tal vez, pero fueron los suficientes como para que mi mente creara desagradables sonidos, de llantos, gritos, angustia y todo lo capaz de hacer que alguien cayera en estado de locura. Me impulsé saliendo de el agua y al abrir mis ojos estaba impactado.

El agua se había convertido en sangre y yo estaba totalmente lleno de ella, seguían los gritos y el desespero en todas las esquinas de el baño. estaba absorto de tantos problemas.

—¡DÉJENME EN PAZ!— Grité, grité fuerte, logré retumbar hasta mi misma audición, mi voz grave se esparció por todo el baño, los vasos sanguíneos de mis ojos explotaron, sentí que lloraba, sentí que jadeaba, la ansiedad duele, duele mucho, segundos después caí en la realidad.

En ese momento si había salido de el agua, me faltaba la respiración y estaba agitado, de alguna manera me había relajado demasiado y me estaba ¿Ahogando?, no lo sé, tampoco quería averiguarlo, la ilusión óptica había sido demasiado desagradable como para volverla a vivir.

Salí de la tina, mojado, con frío y menos estrés. Pero seguí pensando en las secuelas mentales de unos minutos.

Me dirigí a la cocina y tomé el primer paquete de galletas, pan, un jugo de naranja, un frasco de chocolate y me fuí, no es comida, mucho menos sana. Pero si me fuera a morir me moriría comiendo algo que me gustaba.

Subí las escaleras, lo tiré en mi cama, arrojé la toalla a un lado y me coloqué ropa interior.

Decidí quedarme así, me mire en el espejo y vamos.

No imaginen a un chico con demasiado cuerpo, o gran masa muscular, soy delgado, peso menos de 75 kilos, las venas se me marcan en todo el brazo, ante brazo y muñecas; piel pálida y de muy poca manera se podían detallar mis abdominales y bíceps. Estoy delgado pero delgado nivelado, mi espalda estaba llena de pecas a la mitad, tenía pequeños lunares que rondaban por todo mi cuerpo, pestañas rizadas naturalmente y las cejas muy poco abundantes, mis piernas no eran increíbles pero combinaban con mi contextura. no era perfecto, era completo. No me faltaba nada más.

Mi cabello estaba mojado y hecho un desastre, tenía un frío leve, pero presente. Abrí las galletas las eché en un plato hondo que ya estaba en mi cuarto, les eché todo el chocolate y corté los trozos de panes en el mismo plato.

No sé que estaba haciendo, pero lo que sea que fuera me lo iba a comer. Quité la tapa del jugo y comencé a beberlo. Comía y bebía todo de manera continua, hasta que se acabó y dejé todo en mi mesa de noche.

Prendí mi celular y estaba en silencio, el grupo de WhatsApp que estaba hecho para la fiesta tenía miles de mensajes y solo hice lo correcto. Entre y vacíe el chat.

Quitaba las migajas de mi boca haciendo movimientos con mi lengua y estaba mirando al techo cuando comenzaron a girar en mi mente Perla y Rafa.

Una y otra vez, una otra vez, no aguante. Caí en llanto por el desespero.

Estaba actuando hasta conmigo mismo para estar bien, había caído en una desesperación muy grande, tenía muchas preguntas y pocas respuestas. Quería saber que mierda era ese código, de que trataba el suicidio, ¿por qué consumía drogas?, ¿por que robaba?, ¿Por qué con el sí y conmigo no?, ¿Nunca perla me vería como yo quería?. Estaba entrando en un colapso de tiempo cuando...

Inhale, profundo, muy profundo. Encontré mi vida de nuevo y había salido de el trance mental.
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Consejo: si siente que te estás agobiando en algo mentalmente, solo respira profundo y veraz como sales de el colapso mental.
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Me estaba comiendo el sentimiento de tristeza...

No tenía como desahogar lo que sabía, lo que sentía y lo que quería decir. escuchaba música y nada, leía alguna página de algún libro que ya había empezado y nada. Tomé un lápiz y un cuaderno ya empezado de quién sabe que año, pero me acostumbre a no escribir en ellos, solo hacía dibujos mientras estaba en clase y todo, o bueno, casi todo lo tenía memorizado, afinqué el lápiz en una de las primeras hojas y empecé a rayarle.

Hacía líneas de un lado al otro, como si mi mente quería decirme algo, como si había una pista delante de mí ante la situación y solo no la veía. Cuando de repente.

Pensé, arranqué la hoja con demasiadas rayas sin sentido y el cuaderno había quedado sin ellas, quedó una hoja limpia en frente de mi, estaba arrugada, en un estado  muy mal para hacer una tarea o algo en limpio. Pero a mí me gustaba esa hoja, me hacía pensar que debía hacer algo en ella. 

Un cuaderno de tamaño común, con portada forrada de papel negro, indicaba alguna materia en el identificativo de el frente pero no se podía leer, por los años de guardados y sin uso.
Eso tenía en frente de mi, una libreta, un lápiz con la punta aún afilada, ví mi celular y se me ocurrió revisar las aplicaciones que normalmente yo no las uso.

Viendo, de un lado al otro lado pestañas, deslizando de izquierda a derecha encontré lo que estaba buscando, sin saber que lo era, la aplicación que estoy casi seguro que en todos los celulares está conocida como "Notas" o "Bloc de notas".

Se usa normalmente para poner cosas importantes como claves, contraseñas, frases, citados importantes y quién sabe que más podrías poner allí de importante. Y fué donde mi mente hizo una explosión de ideas.

—Vamos, si no tienes la capacidad, el apoyo, o siente que estás solo pasando en un proceso difícil. Puedes salir de ahí. Y yo, que tengo un fanatismos por la lectura y escritura, ¿Por qué no escribí aquí lo que me cuesta decirle a los demás?.

No lo leerán, entonces no tenía nada de que preocuparme.

Abrí el cuaderno de nuevo y le coloqué de mala gana 

Bloc de notas...

Quedó extraña la portada principal, no sé porque a todo lo que hago acostumbro a hacerle portadas, es una manía extraña. Quedó arrugado y la tinta de el bolígrafo no era muy fuerte, pero aún así se podía  denotar lo que quería identificar.

Pasé a la otra página y quedé en blanco, pensando en qué poner. Con todo en la mente pero con las ideas claras de lo que quería demostrar en estas hojas.

Puse el lápiz en la parte superior de la hoja y coloqué lo más gracioso y significativo para comenzar.

Bitácora de hoy...

Bloc de Notas "Una Historia Entre Líneas". (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora