Capítulo 4

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¿Que Carajos significaba eso?

Eran las 8:00 PM Y había llegado a la ciudad, tenía un hambre gigantesco ya que no me había atacado en todo el día, ganas de darme un baño y quería llegar a mi casa.

Llame al Uber ahí mismo y me dijo que llegaría en 15 minutos, abrí mi perfil de Facebook y los amigos de Rafa habían puesto etiquetas en su perfil, todo lo que colocaban era muy doloroso y me lastimaba. Pero no sabía que poner yo, no sabía si sus amigos conocían de nuestro lazo, no sabía nada de su familia, no sabía nada de su entorno. En este preciso momento no sabía por qué fuimos tan grandes amigos.

Sonó mi teléfono y conteste:

—Hola, ¿Con quién Hablo? —Dijo una voz femenina a través de el celular.

—Hola, perdona pero quién está llamando eres tú, ¿Quién eres? —repliqué ante su pregunta.

—No hagas nada, no digas nada, nisiquera tomes la iniciativa de colgar, soy hermana de Rafael, tu número está guardado en una agenda de la computadora y no tiene un nombre solo una frase que dice "En caso de emergencia ropa el vidrio, es decir llame aquí" —Ella estaba muy confundida y nerviosa, necesitaba alguna explicación.

—¿Qué le pasó a Rafael?, No se nada de él hace mucho, somos amigos desde hace un tiempo pero no nos veíamos mucho —No podía decirle la verdad a su hermanita menor.

En el audio del teléfono sonó un fuerte crujido como si fuese sido arrebatado por alguien. Y así fué...

—¡Hola es la mamá de Rafael, por favor necesito saber por qué mi hijo se suicidó!—De una manera muy solloza y triste gritaba una mujer a través de la bocina.

Quebró mi corazón en pedazos y solo pude decirle:

—¿Rafael se suicidó? —Sentí como una lágrima caía de mi mejilla y mis pupilas se dilataron del dolor profundo que habían causado sus palabras.

—Hijo, no se quién eres, pero mi bebé se fue de casa hace 30 días y solo dejó una nota que decía "Te amo mamá nos vemos pronto, cuida a mi hermanita" y hoy en la mañana recibí la noticia de que mi hijo estaba muerto. Hace 30 Minutos la policía encontró una parte de una botella y revisaron su boca, estaba totalmente cortada y se veían pedazos de vidrio, ¡Mi hijo trago pedazos de vidrio y sus órganos reventaron por dentro! —Lloraba y gritaba muy fuerte, ella estaba desahogando su dolor en la llamada pero estaba entrando en pánico, no podía soportarlo. Mis mejillas estaba rojas y mis ojos no paraban de llorar, mi mandíbula temblaba y no sabía que acción tomar.

El impulso me llevo a decirle:

—Lo siento mucho... —entré el tartamudeo colgué la llamada y no había notado que el Uber estaba allí viendo cómo lloraba en la plena vía principal.

Desperté de esa pesadilla y subí al coche sin decir ni una palabra.

(***)

—Lo que estés pasando no significa nada campeón, puedes con todo, dime a dónde quieres que te lleve, no puedo seguir rodando sin un rumbo fijo —Dijo el conductor intentado ser amable ante la situación.

—Llévame a la calle Cardenal 240 y me deja en la casa 040, por favor,). Gracias por sus palabras amigo, solo es un mal momento —intenté ser muy discreto ante la situación, pero estaba muy roto y no sabía cómo dejar de llorar.

Le tomó 20 minutos llegar a mi casa y cuando iba a bajar le pregunté:
—¿Cuánto le debo amigo? —Pasando mi ante brazo por las fosas nasales de mi nariz enrojecida de tanto llorar.

Bloc de Notas "Una Historia Entre Líneas". (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora