Capítulo 24

16 11 0
                                    

Un secreto que podría terminar con su imagen.

Y ahí estaba de nuevo, destruído y con un ataque de ansiedad que podría volverme loco. No me sentía cómodo en mi casa, no quería vivir bajo el techo de un impostor, cada vez me llenaba más de  odio y en ese momento se despertó la necesidad en mi de hacerlo. De decirle a mi madre que el grandísimo despreciable con el que estaba casado le había visto la cara de estúpida por mucho tiempo.

—Vete a la mierda Andy Cage —me levanté de la silla de mi escritorio y lance el bloc al suelo, abierto y sin cuidado, estaba decidido a contárselo todo a mi madre.

Cuando abrí la puerta, estaba ahí  con su presencia omnipotente demostrando que el no sería el que perdería esta batalla —Bajale dos a tus ataques homosexuales y siéntate —Ordenó.

—Te diré algo Andy, no te volveré a designar cómo mi padre, no quiero volver a tener nada de tí y en el momento en que te descuides, diré todo —Lo reté.

Te dije que dejaras los ataques de homosexual, ya se está notado tu comportamiento de niñita —Quería rebajarme y no lo lograría, se había encontrado con la suela de su zapato.

—Primero no metas la orientación sexual de una persona en esto, a lo mejor alguien de ese género está más ubicado en la vida que un abogado desperdiciado al que no debieron nisiquiera darle la oportunidad de recibir un título universitario —Iba con todo, lo destruiría y dejaría en el suelo.

—David siéntate y deja de ofenderme que aún eres menor de edad y no puedo golpearte —Cada vez se hacía más insolente, superior y ya me estaba cansado. No conocía la peor parte de mi padre.

—Si dices algo, tu madre morirá de un infarto, ¿Quieres eso? —¿Que intenta?

—No, pero tampoco soportaré ver cómo le ensucias su cara —Volvi a levantarme.

—¡QUE TE SIENTES IDOTA! —Gritó fuerte, muy fuerte como para que se pudiera escuchar en la calle, ¿Dónde estaba mi madre en este momento?

—¿Dónde está mamá? —Mis ojos estaban hinchados y necesitaba a la única persona que me amaba de verdad estuviera bien —Day se la llevó por qué mentí diciendo que tendríamos una conversación de adultos —Era un cretino muy genio.

—No quiero hablar contigo, solo quiero que te vayas de mi casa —Queria fuera de mi vista a quién me había roto el alma en mil pedazos.

Sonrió ante mis palabras, vio a un lado y me dijo —¿Vez esto? —Tomando mi celular —¿Vez esto? —Señando mi cama y las cosas aleatorias que estaban en mi habitación —¿Oyes esto? —Golpenado el suelo con fuerza —¡¿OYES ESTO?! —tomando algo pesado de mi habitación y estrellandoló a el espejo que se encontraba dentro de ella —¡TODO ES MÍO, TODO LO COMPRÉ YO, TODO LO QUE HAY EN ESTA CASA VIENE DE MÍ Y PUEDO HACER CON ESTO LO QUE QUIERA! —sentí miedo, y estaba traumado de tantos sucesos.

—No puedo más, por favor vete —Me arrodillé y le pedía suplicando que me dejara ahí, solo y con mil lágrimas corriendo en mi cara, saliendo de mis ojos —Necesito entender por qué todos mienten y yo tengo que notarlo, no quiero hablar con nadie, vete —La respiración de mi padre descendió y salió de la habitación recogiendo el espejo que había roto, y sin poder arreglarlo. Así estaba yo, así de destruido había quedado después de tanto.

(***)

Me desperté, y logré dormirme en la misma posición en la que lloraba por todo le que me golpeaba mi memoria, me contenía de llorar pero al verme en el espejo de el baño por salir de mi habitación, no era yo quién estaba allí. Tenía la mirada caída y no se podían encontrar expresiones en ella, me veía como un zombie. Tenía semanas en las que dormir era un problema y cada pequeño detalle que pasaba me afectaba.

Pasaron los días y la relación con mi padre era un total asco, nisiquiera me acercaba a el o su presencia llamaba mi atención, disimulaba frente a mi madre lo que pasaba pero aún así, no me mostraba contento, solo estaba siempre allí, existiendo. Las tres comidas diarias la hacíamos en "familia" casi ya no hablábamos y solo quedaban 5 días para mí cumpleaños, me sentía tan indignado de que llegará ese momento, no quería escuchar un "feliz cumpleaños" cuando nisiquiera deseo saber de los que se hacían llamar mis amigos...
Mi antiguo celular aún tenía todo lo que mi padre hacia a diario, llegaban fotos de cualquier cosa y la conversación con su amante no acabó, siempre estaba allí, le contestaba muy seguido y no entendía como mi papá pudo ocultar algo tan grande, algo tan notorio.

Tal vez el fingir había sido heredado de el, me destruía a diario pensando en como llegar a superar esto, pero la inocencia de mi madre me carcomía,  tampoco quería verla morir por culpa de un hombre.

La mañana del lunes cinco de diciembre desperté sin ánimos de vivir, no quería levantarme de la cama pero ya solo quedaban unas semanas de clase y tomar descanso, aunque no sabía si quería descansar o despejar mi mente.

Entré al baño y no me miré en el espejo, mi cabello estaba largo, más largo de lo común y solo hice mis necesidades, salí de allí y me coloqué el uniforme sin deseos de verme bien, se había convertido en una obligación.

Bajé a la cocina y allí estaban, mi madre y Andy —Buenos días —me senté en la mesa y no lo miré, mi madre se acercó a mi y me susurro algo, aunque Andy pudo escucharlo —Te tenemos una sorpresa —¿Que sorpresa? No quiero una sorpresa ahora.

—¿Enserio mamá? De que te enteraste —Dije después de dedicarle una mirada asesina a Andy.

—Nada mi pequeño, ven aquí —tomandome del brazo y sacándome a la calle a apreciar algo que si hubiese sido en un momento mejor, lo fuera apreciado muchísimo.

Me llevo del brazo hasta la entrada principal de la casa, luego con sus manos tapó mis ojos y me saco de ella, estábamos a unos metros de distancia de la entrada cuando quitó la venda que había hecho con sus manos y me dejó apreciar el panorama.

—Dios —Era un auto, rojo. Estaba nuevo, los asientos tenían el plástico aún, tenía cuatro puertas y se podría denominar cómo un auto deportivo.

—Me gusta mucho —Habia dejado mi tristeza a un lado y estaba amando el momento cuando un pensamiento chocó mi cabeza.


Esto es solo un chantaje

¿Qué estabas pensando Andy Cage?, ¿Cómo podría entender que quería comprar mi silencio con un auto nuevo?. Que lastima, eso no me hacía cambiar de opinión.

—No sé conducirlo,dejaré las llaves en la mesa —miré a mi madre —Eres lo mejor que tengo en la vida —Besé su frente y me dirigí más adelante dónde estaba mi "increíble padre" —No era necesario, no necesitabas hacerlo para comprarme, de verdad con tener el amor de alguien que si siente las ganas de no fingir, me basta —el sonreía y yo lo hacía aún con más gusto, por qué mientras lo tenía abrazado ya qué mi mamá pensaba que era un momento emotivo, estaba declarándose que ni todo el dinero de el mundo me haría cambiar la visión que tenía.

—Estoy muy feliz que te haya gustado hijo, tu madre quiere que lo lleves las últimas semanas de clase y presumas que eres mayor de edad en unos días —Mientras aplaudía mi espalda y a mí solo me hacía sentir asqueroso.

—No finjas Andy, lo haré por ella, pero juré no volver a recibir de ti nada que no sea unas disculpas a mi madre —lo separé de mi cuerpo con un empujón claro que significaba "alejate de mí".

Me miraba con odio, miré las llaves del asqueroso coche, subí en el y sonreí falsamente  hasta dejar de ver a mis padre e irme al colegio.

Ahora lo que también me estaba carcomiendo la mente era saber si Eddy había salido vivo de aquella noche...

_____________________________________________________

CAPÍTULOZ FINALES...

DEJEN SUS VOTOS

Los quierooooooo muchoooo

Bloc de Notas "Una Historia Entre Líneas". (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora