Capitulo 1

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Todo parecia tranquilo en la mansión Malfoy; la tarde cálida y despejada dejaba de manifiesto que aquél dia habia sido perfecto. Nada hacia pensar que algún hecho podia llegar a perturbar aquella paz tan gloriosa que en ese momento reinaba en la casa.
Al interior de la mansión un tranquilo y relajado Draco Malfoy estaba en la biblioteca leyendo un libro aprovechando que sus padres no estaban en la casa. Como gozaba aquella tranquilidad sin estar bajo la mirada de su padre ni bajo los mimos y actos sobreprotectores de su madre, y es que aunque ya tenia veinte años su madre seguia sobreprotegiéndolo demasiado para su gusto.
Estaba terminando de leer un capítulo de su libro cuando sintió un gran estruendo en toda la casa, como si alguien hubiese lanzado una bomba, asi que rápidamente se levantó de su asiento, tomó su varita de la mesa y se dirigió hacia la puerta principal - que era el lugar de donde habia venido aquel ruido-. Estaba listo para atacar al momento en que un elfo que habia aparecido junto a él abriera la puerta, pero grande fue su sorpresa cuando vió de que se trataba.

- ¡¿Estas loca?!, ¿Que rayos estas haciendo aquí? ¿Quieres que nos descubran?- exclamó Draco al ver a Hermione tras la puerta de su mansión con una mirada apremiante.

- Buenas noches para ti también Draco- dijo la castaña con ironía- además no tienes de que preocuparte que nadie me vio llegar- añadió entrando a la mansión.

- ¿Crees que nadie más oyo tus golpes?, tendremos suerte si solo la mitad de la Orden los escuchó- sentenció el muchacho fulminandola con la mirada.

- No seas melodramático Malfoy, el hechizo sonoro solo lo lanzé contra la mansión, nadie lo escucho asi que tranquilizate- le explicó Hermione devolviendole la mirada- además ya sabes que no tengo a quien más recurrir- añadió tomando asiento frente al rubio.

- ¿Y que me dices de la comadreja y el cara rajada?- preguntó el rubio con sarcásmo- se supone que son tus mejores amigos- sentenció.

- No seas imbécil Malfoy, ¿que quieres que les diga? «Chicos, necesito ayuda porque soy una mortífaga que tiene como misión entregar al niño que vivió»- ironizó la joven

- Te falto decir «y que todos estos años he fingido odiar a Draco Malfoy, cuando en realidad lo amo y por eso me casé con él hace cinco meses»- añadió el rubio mirando a su mujer con una sonrisa de suficiencia en los labios.

- Entonces también quieres que les diga «y eso que soy de sangre impura también es una mentira, porque en realidad tengo la sangre más pura que los Malfoy y desde pequeña fui entrenada para que todos piensen que soy hija de muggles y destinada desde mi nacimieto a casarme con Draco»- comentó la muchacha con sarcasmo, enarcando una ceja mirando divertida como se le transformaba la cara a su joven esposo.

- ¿Me quieres explicar para que rayos me necesitas?- habló Draco con la voz más seria que le salió en ese momento, tratando de controlar su temperamento frente a Hermione.

- Se trata de la profecia, Potter al fin me contó lo que Dumbledore le contó hace cuatro años- sentenció- por eso necesito que me ayudes a comunicarme de inmedia...- añadió pero no pudo continuar ya que en ese momento vió como el joven Malfoy sentía arder su antebrazo izquierdo.

- ¡Que suerte tienes!- exclamó el muchacho poniendose de pie ayudando a su esposa a levantarse de la butaca- después de usted Señora Malfoy- añadió haciendose a un lado para que la muchacha avanzara.

- Gracias por su caballerosidad Señor Malfoy- contestó Hermione estirando su mano para que el rubio la tomara, lo cual hizo y juntos desaparecieron.

Ambos jóvenes aparecieron en un lugar solitario y desierto, al parecer eran las afueras de un pueblo rural; las calles de tierra y las malezas al borde del camino hacian parecer aquel lugar mucho más campestre que lo que ya era. Poco a poco la joven pareja comenzó a avanzar por aquel solitario camino hasta que llegaron a un estrecho sendero de tierra que conducia hasta una casa muy antigua y desolada, sus paredes agrietadas y sus ventanas rotas hacian pensar que estaba deshabitada, salvo por el hecho que tenia las luces encendidas y que habia ruido en su interior.

- ¿Quien esta ahí?- gritó de pronto un joven apuntando en dirección a los recien casados- ¡aah!, son ustedes- dijo bajando la varita cuando la pareja estuvo a su vista.

- Buenas noches para ti también Zabinni- le dijo Draco enarcando una ceja con un toque de ironía en su voz y tomando la mano de la castaña.

- Estan en el cuarto principal- contestó el moreno mirando con odio a Draco cuando se dio cuenta que tenia tomada la mano de Hermione.

- No te pongas asi Draco, sabes que Zabinni es un idiota- habló la muchacha cuando se dio cuenta que el rubio tenia una expresión asesina en su palido rostro.

- Te juro que hay veces que me dan ganas de matarlo- le dijo tomándola por la cintura- hay algo que tú no sabes- añadio cuando captó la expresión desconcertada de la castaña, pero no pudo seguir hablando pues habian llegado al salón principal en el cual habia una gran y larga mesa en el centro encabezada por el mismisimo Lord Voldemort, quien en ese momento tenia en su cuello a Nagini y le estaba acariciando distraidamente la cabeza mientras miraba el fuego que en ese momento emanaba de la chimenea.

- ¡Ah! el joven matrimonio Malfoy- dijo el Lord cuando se percató de su llegada- sientense ahí, junto a Lucius- les indicó señalando con su cadavérico dedo dos asientos que estaban disponibles en el centro de la mesa.

- Muy bien, ahora que estamos todos reunidos quiero saber, Crabble ¿como va el asunto con los aurors?- exclamó mirando fijamente al mortífago que estaba frente a los Malfoy.

- Muy bien mi Lord, hace un par de dias conseguí lanzarle un "Imperius" a Louis Dawson, asi que es cuestión de dias para que Potter este rodeado de los nuestros dentro de la oficina de aurors- dijo Crabble ansiosamente mirando a su amo.

- ¡Ummmmmmmh! algo es algo, aunque esperaba que ese asunto ya estuviera completamente resuelto- sentenció Voldemort- no quiero más errores ¿esta claro?- añadió mirando a un aterrorizado Crabble.

- Si mi Lord, se hará como usted diga- dijo nerviosamente.

- ¿Hermione?- habló dirigiendose hacia la castaña.

- Tengo buenas noticias al respecto mi Lord- contestó Hermione mirando a su señor ansiosamente- Potter por fin me contó el contenido de la profecia- añadió, lo que hizo que toda la mesa profiriera gritos de asombro y júbilo.

- ¿Te lo mostró o te lo contó?- preguntó el Lord sin mostrar ni una pizca de asombro.

- Ambas mi Lord, lo convencí para que me mostrara el recuerdo en el pensadero para comprobar que me decia la verdad

- Muy bien Hermione- dijo al fin- aunque haz tardado bastante tiempo para traerme tan valiosa información- contestó Voldemort, lo que hizo que varios mortifagos se rieran por lo bajo al oir como el señor reaccionaba frente a la arrogancia de la muchacha, la que en ese momento estaba completamente pálida.

- Es que la muerte de Dumbledore hizo que Potter se volviera mucho más reservado con sus cosas, ya no confia en nadie, ni siquiera en la Orden- dijo Hermione rápidamente mirando con cautela al Lord.

- Esta bien, por fin vamos a ver el contenido de esa dichosa profecía que tanto Dumbledore se encargó de proteger de mi.

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