Capítulo 18

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— No puede ser— dijo la pelirroja casi en su susurro

— ¿Querías saber la verdad?, pues esa es la verdad— le dijo Bellatrix con desdén— eres hija de un traidor a la sangre, eres fruto de una noche de despecho y orgullo herido — replico divertida al ver como el rostro de la muchacha se iba desfigurando a medida que se iba enterando de la cruel verdad— ¿Que pensabas? ¿que eras hija de un respetado sangre pura que en este momento llegaría a reclamarte como hija y te daría el lugar que por derecho te correspondería?. pues déjame decirte querida que no eres mas que una insignificante Weasley, no eres mas que una mancha para todo el árbol genealógico Black— le espetó con sorna cuando vio que los ojos de la pelirroja estaban humedecidos por las lagrimas que se negaba a derramar— Duele ¿no es cierto?— añadió

— Puede que mi padre haya sido un asqueroso traidor a la sangre, pero eso no fue impedimento para revolcarte con él ¿verdad madre?— replico Ginny con sarcasmo imitando el tono de Bellatrix.

— Ese impuro solo fue un error en mi vida— dijo con simpleza— sino hubiese sido por el dichoso Juramente Inquebrantable que mi madre me obligo a hacer, te habría abortado al minuto que supe que estaba embarazada— añadió alzando una ceja con sorna.

— Bellatrix...— habló Narcissa acercándose a su hermana mientras miraba cono desprecio a la muchacha que seguía tirada en el suelo— Es hora— repuso con una sonrisa bailante en el rostro cuando vio como el miedo cruzó por los ojos de la pelirroja.

— Voy a disfrutar lo que está a punto de ocurrir— se escucho la voz de Lysandra Yaxley mientras que los hombres largaban fuertes risas que hacían que se le erizaba la piel a la muchacha.

— Ay Ginevra, te vas a arrepentir de haberte metido con nuestra familia— dijo Bellatrix, mientras junto a Narcissa se iba a alejando de la muchacha, que a estas alturas ya no ocultaba el terror que le causaba la situacion: ella, sola y desarmada frente a los miembros de las dos familias favoritas de Voldemort.

Repentinamente se escucho una puerta rechinar y lentamente comenzaron a oírse pasos, el viento comenzó a azotar las ventanas con gran ferocidad, lo que hacía más lúgubre la escena. De pronto la muchacha comenzó a divisar una silueta que se acercaba a ella lentamente y cuando uno de los rayos que se colaba a través de la ventana atravesó el rostro del desconocido, la sangre de la pelirroja se congeló y por un instante su corazón se detuvo...

— Draco...

Horas antes...

Hace horas que la reunión con la orden había terminado pero Draco seguía en La Madriguera, la Sra. Weasley había insistido en que el rubio se quedara y a él no le había quedado mas opción que aceptar. Aún no entendía como rayos había llegado a parar a la casa de la familia que por años despreció, aún no entendía como podía estar tan tranquilo en la casa de la familia de la maldita pelirroja que le había malogrado la vida cuando no permitió que su pequeño Scorpius llegara a este mundo, aún no comprendía del todo como era posible que aún no haya tomado su varita y tomara venganza de eso con la familia de la maldita, así que no tenia mas remedio que quedarse a cenar aunque prefería esperar el llamado de la cena en el jardín de la casa.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se percato que alguien llegaba a su lado.

— Debe ser muy extraño para ti estar aquí ¿no es asi?— dijo Harry posándose junto al rubio, quien en ese momento mantenía la mirada fija en la casa

— No tienes idea Potter— respondió con simpleza sin quitar la mirada del horizonte

— Hace tiempo que quería hablar contigo Draco— dijo el moreno volteándose— pero no se como preguntarte esto sin que me lances un Avada— repuso tratando de parecer tranquilo, cosa que solo logro poner mas inquieto al rubio— ¿Como lo superas?— soltó de pronto— La pérdida de un hijo, ¿como la superas?— le repitió cuando se dio cuenta que el rubio no había comprendido a que se refieria.

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