Capítulo 20

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— Tú, ¿que rayos haces aquí?— dijo Aaron con la varita en la mano apuntando a la figura encapuchada

— Pues creo que les estamos salvando el pellejo Wells, así que si yo fuera tú bajaría esa varita— respondió una segunda voz que salió de entre los árboles y lentamente apareció una segunda figura encapuchada

— ¿Como supieron que estábamos aquí?— preguntó el muchacho sin bajar su varita

— Fácil...— dijo la primera figura quitándose la capucha dejando ver a una muchacha blanca como nieve, con su cabello platinado hasta los hombros y los ojos grises como el mercurio... claramente la muchacha no podía negar su linaje— Lucius uso el hechizo rastreador de nuestra familia y se concentró en Hermione, en cuanto supo donde estaba nos envió a buscarla, acabábamos de aparecernos en el bosque cuando los vimos aparecer de entre los árboles— añadió

— Antes que digas nada Hermione— dijo la segunda figura quien también se quitó la capucha, dejando ver una muchacha muy parecida a la primera, tez blanca, cabello platinado y ojos grises...— No creo que nos recuerdes ya que nos conocimos siendo muy niñas y luego tú fuiste entregada a la familia muggle y nosotras nos fuimos de Londres.

— ¿Quienes son ustedes?— preguntó la castaña muy confundida 

— Alhena y Altais Malfoy— respondió Aaron con un dejo de desdén en su voz

— Tanto tiempo sin vernos Aaron—  replico Alhena sin dejar de mirar al muchacho

— Si, un maravilloso tiempo sin tener que ver tu rostro, Malfoy— replico el muchacho mortalmente serio

— No quiero interrumpir su reencuentro pero debemos salir de aquí si queremos seguir viviendo— dijo Altais mientras a lo lejos seguían escuchándose las explosiones y los ataques mortificaros.

— Vengan con nosotras, tenemos un lugar seguro para ustedes— dijo Alhena extendiendo su brazo al muchacho, el cual ignoro y se posó junto a Altais, la que solo atino a mirar a su hermana como disculpándose con ella antes de tomar el brazo de Aaron y desaparecer con él

— Ustedes dos tienen muchas explicaciones que dar— dijo la castaña mientras tomaba el brazo de la rubia, la cual solo atinó a desaparecer del lugar.
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Había aparecido unos metros antes de La Madriguera para no levantar sospechas.

La casa estaba casi vacía cuando el muchacho llegó con el bulto humano que era Ginevra en ese momento; Bellatrix no dejaría pasar tan buena oportunidad de torturar a la muchacha y después de otra contundente sesión de Crucios permitió que el rubio se llevara a la pelirroja. La mujer no solo había logrado vengarse por lo que le había hecho a su sobrino, sino por lo que la muchacha significaba en su pasado, y aunque muy en el fondo la mujer sabia que Ginevra no tenia la culpa de nada no podía evitar mirarla y sentir todo el peso de su pasado... era como si el mundo no quisiera que ella lo olvidara.

Al llegar a las cercanías de la casa, el rubio percibió que el lugar estaba demasiado silencioso; a su gusto, con tanto ruido esa casa siempre parecía un verdadero manicomio.

— Camina escoria— empujó a la muchacha la que estaba a punto de volver a perder el conocimiento

Entro al lugar y pudo verificar que nadie estaba en la casa, excepto por un ruido que provenia del salón.

— ¡Por Merlín! Draco que susto me diste — exclamó Molly en cuanto vio entrar al rubio— ¡Ginevra!— corrió a auxiliar a su hija en cuanto vio las condiciones en las que venia la muchacha— ¿Que paso Draco? hay que llevar a Ginny a San Mungo— añadió mientras trataba de levantar a la mujer

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