Capítulo 9

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- ¿Con que la profecía ya fue hecha- decía la voz de un hombre sentado en un gran sillón rojo dándole la espalda a su invitado

- Asi es, la vidente esta bajo la protección del ministerio y hasta ahora no se sabe con exactitud a quien se refiere- decia Aaron Wells de forma solemne

- Necesitamos averiguar sobre quien fue hecha la profecia- dijo el hombre poniendose de pie caminando por el salón apareciendo un vaso de whisky de fuego- si esa profecia es sobre mi nieto/a necesitamos actuar rápidamente para que Voldemort no lo dañe- replicó Lucius Malfoy ofreciendole otro vaso a Aaron- Si mi nieto/a es el elegido para por fin sacarnos de encima a ese maniáco tenemos que protegerlo

- Ya lo sé padrino- dijo Aaron bebiendo un sorbo de su trago- pero hasta el momento solo sabemos que ese bebé nacerá en el lado oscuro, por lo que suponemos que o seria el bebé de Potter o de Draco- añadió hastiado de no tener mayor información- Roguemos que sea tu futuro nieto/a porque si el niño de la profecia es el hijo de Potter, la maldita de Ginevra no nos dejará acercarnos y esta guerra no tendrá fin-

- Necesitamos hablar con la vidente- habló Narcissa entrándo a la habitación- solo ella puede darnos pistas de esto, Aaron, debes decirnos donde la tiene el ministerio- añadio seriamente la rubia

- Lo siento tia Narcissa pero no puedo revelarles su paradero, si el Lord decide indagar en sus mentes esa información pondria en peligro toda la operación- repuso el muchacho- y será mejor que me vaya, ya ha estado bastante tiempo sola y no voy a arriesgarme a que algo le suceda- añadió antes de salir de la habitación

- ¿Crees que todo esto de resultado Lucius?- preguntó la rubia abrazando a su esposo por la cintura enterrando su cara en su pecho

- Tiene que funcionar querida, va a funcionar- dijo mientras la abrazaba con ternura depositando un suave beso en la cabeza de su esposa
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- Toc, toc, toc- se escuchó detrás de la puerta del despacho

- ¡Adelante!- gritó una castaña con un montón de papeles en la mano... puede que sea una mortia encubierta, pero también tenia que ganarse la vida.

- ¡Guauuu! sabía que tenias trabajo pendiente, pero nunca me imagine que fuera tanto- habló Luna tomando asiento asombrada de las cantidad de papeles que habian sobre el escritorio de la muchacha

- Últimamente no hemos parado de trabajar, los mortífagos nos aportan cada dia nuevos informes gracias a sus andanzas- dijo Hermione mientras se quitaba las gafas con cansancio

- Sin contar con el tiempo que tienes que dedicarle a tu novio- replico la rubia con simpleza

- ¡LUNA!- gritó con fingido escándalo- aún ni siquiera sé si es mi novio- mintió afligida- salimos, charlamos, hacemos vida de pareja, pero nunca me ha pedido formalmente que sea su novia- eso último si es verdad puesto que Draco nunca le pidió que fuera su novia formalmente, simplemente un día comenzaron a salir y ya despues con el tiempo él le propuso matrimonio.

- Los hombres siempre creen que con sus acciones es suficiente- dijo Luna- aunque eso no quiere decir que no seas su novia, es solo que con todo lo que hacen, él ya lo considera un noviazgo- replicó con simpleza encogiendo los hombros.

- No lo sé, además... - pero no pudo seguir hablando pues las puertas de su despacho se abrieron de par en par dejando entrar a cierto rubio con un gran ramo de rosas rojas

- Buenas tardes amo...- pero se cayó de inmediato al ver Luna en la oficina

- Buenas tardes Draco- lo saludó como si fuera lo más normal del mundo saludar al enemigo de tu novio

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