VIII

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Sus movimientos y golpes suaves no podían competir con el estado de shock del moreno. Su mirada fija estaba clavada en el aparato que yacía en el suelo, el cual emitía una vibración fuerte. Esa vibración repetitiva hacía que el aparato electrónico se deslizara por el suelo, hasta que se cayó y se detuvo, dejando un silencio de asombro.

El mayor soltó su cuerpo, dejando al albino escapar rápidamente y causando desconcierto en el otro. Corrió hacia el celular, lo levantó y vio la rotura violenta que se mostraba en la pantalla de cristal.

—No, no, no!—Gritó intentando encender el aparato—¡Maldita sea!—Maldijo—¿¡Cómo voy a volver a Karmaland ahora!?—Miró al otro con reproche, levantándose con preocupación y enfado.

El albino salió de la habitación con prisa, sin saber cómo volver a su hogar. El castaño, que había estado en un estado de trance, no entendía por qué el peli blanco estaba tan molesto. Pero sus lamentos constantes le hicieron suponer que se había perdido. Buscó en su escritorio un mapa antiguo para dárselo, pero cuando se lo iba a ofrecer, el chico ya se había ido. Perplejo, miró a su mascota, que le indicó con su cola la salida del trabajo.

El enmascarado no lo pensó dos veces y cogió una navaja hecha de un colmillo afilado. No podía dejarlo salir, sobre todo porque la época territorial de los murciélagos mariposa había empezado y él sabía que la única salida que el albino conocía o se atrevería a usar era la que estaba en la cueva.

>>°Narra Willy°<<

La cueva me daba un poco de miedo, pero pensé que era la mejor forma de salir de allí. Entré en la oscuridad, guiándome por los rayos de sol que entraban por el agujero que se había hecho en la pelea. No quería perder más tiempo en ese lugar. Podía oír el eco de mis pasos y el goteo de agua en las paredes. Esperaba encontrar pronto una salida y dejar atrás esa pesadilla.

Al fondo de la caverna pude distinguir un marco lleno de luz, sonreí satisfecho de mi búsqueda e idea, prontamente me comencé a dirigir a la salida. Sin embargo pisé algo cuyo sonido era similar al crujido de un huevo roto, aquel ruido viajó en eco por toda la cueva dándome un incómodo escalofrío ante el silencio tan pacífico del lugar. Quité mi pie del cascarón para tomar un trozo y examinarlo; parecía estar recién abierto, ya que aún tenía una capa viscosa en su parte interior, por el otro lado era de distintos colores verdes con separaciones idénticas a la coraza de un armadillo, las cuales tenían un color azul brillante dentro, con varias protuberancias en su exterior en forma de espinas color verde claro. Iba a continuar, pero un agudo chillido me hizo voltear bruscamente, desde la tenue luz solar, una creatura semejante a una mariposa morfo azul con su espalda cubierta de notables púas me miraba fijamente mientra aleteaba sin cambiar su lugar.

—¿Qué carajo?—Exclamé con sorpresa al ver aquella extraña ¿mariposa? ¿Murciélago?

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—¿Qué carajo?—Exclamé con sorpresa al ver aquella extraña ¿mariposa? ¿Murciélago?

No tuve tiempo de reaccionar cuando la criatura se lanzó sobre mí, pero en vez de morderme o arañarme, me rozó el hombro con sus espinas. Sentí un dolor agudo y ardiente, y vi cómo mi piel se ponía morada, como si se hubiera necrosado. Mi brazo se quedó rígido e inútil. Traté de escapar, pero al girarme las púas del animal se volvieron a clavar en mi piel en un segundo ataque, el cual me cortó la pierna derecha con tanta fuerza que me tiré al suelo del dolor. El dolor era insoportable y me nublaba la vista, estaba a punto de perder el conocimiento. Cerré los ojos esperando el golpe final al ver a esa cosa acercarse de nuevo a mí.

Te Necesito-Willgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora