XII

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—Tu silencio me perturba—Mencionó una voz masculina cuyo tono era bastante amenazante, pero la situación no coincidía con ello, éste se encontraba totalmente desnudo a excepción de la ropa interior.

—Lo puedo dudar—Respondió una voz suave pero notablemente ruda, la cual provenía de la cama de la habitación—Tu voz me opaca—Aseguró con lentitud, su voz recorría los oídos del contrario como una suave brisa de bosque—Raymond...—Nombró con graveza pero eso no asustó al otro, más bien le provocaba otras sensaciones.

El nombrado se dio la vuelta para dirigirse hacia su acompañante quien lo observaba sentado en la cama con su ropa desordenada; su camisa de botones se encontraba abierta dejando ver su torso con varias cicatrices a la vista, a pesar de que aún llevaba su pantalón éste estaba bastante bajo dejando ver su ropa interior y la cremallera se encontraba abierta de par en par. Con una sonrisa pícara se dejó caer en las piernas del mayor sujetando el resto de su peso en el cuello del otro.

—¿Qué puedo decir? Lo que se hace bien se tiene que sentir bien—Mencionó con voz gustosa y tentadora, colocando sus manos en el rostro ajeno—Aunque sinceramente me hubiera gustado probar el resto. Eres como un caramelo con sensaciones adictivas, Fargan—Añadió recorriendo su marcado pecho y abdomen con intenciones de obtener más.

El mayor detuvo las manos coquetas de su amante quien lo miró con esperanzas de haber conseguido lo que esperaba—Tus ojos dorados me queman—susurró para persuadirlo por segunda vez, acercándose discretamente a su boca. El mayor soltó las manos de Raymond y comenzó a subirlas las suyas lentamente por los brazos del chico hasta llegar a su cuello y sostuvo su rostro con cuidado.

—¿Sabes lo que más me gusta de las personas, Raymond?—Preguntó con una sonrisa coqueta.

—¿Qué te gusta?—Cuestionó acercándose más a Fargan.

—Su idiotez—Respondió con hostilidad mientras ejercía presión en el rostro ajeno.

—¿Q-Qué-—Su sorpresa no duró mucho, con su cuello fracturado cayó al suelo muerto. El moreno se levantó de la cama con indiferencia al ver el cuerpo sin vida de su amantes de la noche anterior.

—Cuando aprendan a dominar sus impulsos calientes podrán llamarse astutos—Sentenció con una mirada de desprecio. Con disgusto abandonó el cuarto del difunto dueño de la casa y se dirigió a la cocina, donde fue recibido con el júbilo de su dragona mascota, él abrió la jaula donde estaba y la liberó de allí—Perdona el retraso, Tip. El no disponer de armas dificulta las cosas—Se excusó acariciando al animal. Observó su entorno pensativo, al eliminar al dueño del lugar el gran búnker había quedado desierto—Las cosas creo que serán mucho más sencillas ahora, creo que ya estamos hartos de dormir en los árboles, ¿verdad?—Su mascota agitó su cola con alegría al ver la mirada pícara que su dueño le lanzó—Además, lo que buscamos está justo a nuestro alcance... Bueno, ¡no hay más que hablar, Tip! ¡Bienvenida a casa!—Festejó con una gran sonrisa al ver a su mascota empezar a corretear por los pasillos.

—Raymond dijo que él iba a un poblado cerca de aquí, dijo que lo resguardaban unos tales "héroes"... Huh, suena a que esto será muy divertido—Aseguró con una sonrisa maliciosa.

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—¡Claro que no va a quedarse!—Exclamó mirando a su mascota—¡Él leerá la nota que le dejé en su mochila y se marchará, Tip!—Aseguró con notable apuro al levantarse y comenzar a buscar entre su estantería con planos.

—Con lo curiosos que son los humanos desde luego que no leerá la carta—Replicó con una voz que mostraba superioridad—Mejor ve, déjalo inconsciente y déjalo afuera, tal vez piense que sólo fue un sueño—Sugirió observando a su dueño ir de un lado a otro.

—No voy a perder mi tiempo lidiando con otro humano, estoy muy atareado ahora mismo como para preocuparme de él—Aseguró con cierta indignación.

—¿Y lo salvaste porqué....?

—¡No sé! Sólo sentí pena o algo así... —Excusó mientra continuaba trabajando.

—Ay sí. Sentiste tanta pena cuando lo dejaste en esa habitación y esperaste media hora observándolo, ¿no? Ahí sí que dijiste: "quiero asegurarme de que esté bien"—Reclamó copiando la voz del mayor como sí estuviera enamorado.

Fargan ignoró el comentario de su mascota con un sonrojo en su rostro que fue ocultado por la máscara que llevaba, bajó la mirada con la clara excusa de estar perdido trabajando, mientras su mascota lo observaba oculta sobre la estantería de planos, observando con aquel chico de cabellos blancos miraba nervioso al contrario, el cual notó la presencia al instante quedándose quieto por un momento, el albino comenzó a buscar algo aún estando en la escalera y al mismo momento el mayor se volteó, viendo en shock al chico por un instante antes de correr hacia él y tomarlo del brazo al notar aquel paso torpe que lo habría hecho caer.

—G-Gracias...

La mascota del mayor miró con atención el costado del rostro de su dueño el único lugar que la máscara no podía ocultar, logrando notar el indiscreto sonrojo que tenía.

—Esto no puede ser bueno...

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Ya estaba emocionada de narrar desde la perspectiva de Fargan.

Te Necesito-Willgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora