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Miró con ilusión obedeciendo su intuición, la falta evidente lo hizo volver la vista al frente. Vio el reflejo de sí mismo en ese vaso de agua antes de tomarlo, no se encontraba bien, su cuerpo se llenó de un miedo súbito al verse en el agua clara, sentía que algo atormentaba su alma sin saber por qué. A su mente vino el castaño envuelto en un recuerdo de tristeza, algo no estaba nada bien, recordó cómo él lo había salvado del peligro, pero él aún se había quedado ahí. Su mente y cuerpo pedían calma ante las ideas que apuntaban con angustia el posible dolor y padecimiento de aquel que hacía su alma temblar.

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—Sí vas te asesinarán!—Le advirtió su mascota con preocupación al escuchar el plan del otro.

—Él me protegerá—Respondió con confianza.

—¿¡Cómo puedes confiar en él cuando sabes que viene de un pueblo de asesinos!?—Le reprochó con incredulidad.

—Porque me ha demostrado que yo le importo—Afirmó con convicción.

—Puede que te quiera ahora que cree que eres un humano, pero ¿qué pasará cuando descubra tu verdadera naturaleza? ¿Crees que seguirá queriéndote cuando sepa que eres un híbrido?—Le preguntó con severidad.

—Es imposible que me lastime, sí para él soy alguien como humano lo seré como híbrido—Insistió con ilusión en su voz.

—¡Eso es una ilusión, Fargan! ¡Él nunca podrá aceptarte como eres, porque para él y su gente los híbridos como tú no son nada más que monstruos!—Exclamó con frustración, antes de arrepentirse al darse cuenta de lo que había dicho.

Al escuchar las palabras de su mascota, un fuerte estruendo en la cueva que era su hogar le hizo sentir un escalofrío.

—Debemos salir de aquí, Fargan—Dijo su dragona con urgencia. El aludido se quitó la máscara del rostro con calma, sin mirar a su compañera.

—¿Es esta mi condena?—Preguntó con una voz que ocultaba su dolor en una pregunta qué su compañera no pudo responder—Soy el último superviviente de mi raza—Afirmó con resignación—Este es el destino por mi pecado—Su entorno se sacudió por su inminente colapso—Amar a un humano...—Los libros se desplomaron por el movimiento.

—No tenemos tiempo que perder—Repitió con más insistencia.

—Él quería matarme, ese era su objetivo y yo lo sabía, pero me negué a seguir el camino que me traía desdichas—Narró con serenidad, ignorando el peligro que corría—Lo vi tan bello y puro, su ternura me hizo sentir tan vulnerable e impotente ante él—Su voz se fue apagando y sus ojos empezaron a mostrar su sentir al llenarse de lágrimas—Él logró abrir mi corazón como un demonio con piel de ángel. Nunca pude ver lo que hacía realmente, buscaba acariciar mi ser con sus manos de cristal y sus ojos de jade. Sin compasión tocó mi alma y la ató con su voz tan dulce como la seda y me hechizó con su mirada que apacigua al mar más bravío. Sin temor me liberó de mis miedos y me dejó con mi cuerpo frágil y estremecido y con ello me mató... Con amor—Sus lágrimas rodaron por su rostro mientras sus oídos se negaban a escuchar su alrededor.

Con resignación, se puso de pie desde su silla con su cuerpo expresando temor y sufrimiento sin lesión. Observó su alrededor con sus ojos reflejando pesar, su compañero animal se había marchado y su morada no pretendía mantener más tiempo su solidez. Con angustia en su mente, avanzó por los corredores mientras estos se desmoronaban poco a poco, percibía que su vivienda compartía su lamento mientras transitaba a la vez por sus memorias. Al final pudo distinguir el brillo de la luna señalando la salida, pero optó por desviarse hacia unas escalinatas en espiral que ascendían por un conducto alumbrado solamente por antorchas cuya llama se apagaba lentamente mientras subía. Oía y sentía la tierra y piedra quebrarse cada vez más, pero su expresión era de un silencio doloroso.

Después de recorrer el sendero que había escogido, llegó a una amplia pradera verde en la cima de la montaña que escondía su morada subterránea, más secreta que nunca. Desde allí pudo contemplar a lo lejos la luz nocturna del pueblo donde residía la persona que podría cultivar un jardín con las lágrimas que sus ojos le dedicaban.

—Eres un asesino, Willy. Mí asesino... Con lo que soy deseo que me busques pero temo que me halles, con lo que siento aceptaría que me aborrezcas pero suplicaría que me quisieras, con lo que mi historia pesa ansió tu perdón pero no reprocharía tu rencor, pero no puedo negar lo que soy, quizás no sea tu pensar pero confía cuando te digo que has logrado lo que ni yo mismo pude creer; hacer que te ame una bestia con un corazón qué nunca pensó tener...

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Mil años para esto tú T-T

Eligieron la mala, sorry.

Te Necesito-Willgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora