Capitulo 6

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Besar a mil sapos
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—¡TE PUEDES QUEDAR QUIETO, JODER!

—Sabes que no me gusta estar sentado sin hacer nada.

—Si, pero tienes un brazo roto y las costillas lastimadas, ¿Puedes estar quieto solo un momento?

Alan es terco y testarudo.

¿No lo había dicho?

No

Entonces se los digo.

Estoy en su apartamento ayudándolo a organizarlo ya que está lastimado—como había dicho antes—y no puede ser mucho. Pero él no deja de moverse para ayudarme y sabe que tiene que descansar porque sino va a estar más tiempo así.

—Dame, lo hago yo—le dije que me diera un paño para secar los platos que había lavado antes.

—Puedo hacerlo—dijo mientras intenta secar el plato con una mano, pero le resultaba difícil ya que el plato se mueve en la encimera y está apunto de caerse.

—Alan, deja que ser tan terco y dame el paño antes de que se caiga y tenga que recogerlo yo— me queje, él no insisto más y me dió el paño y se fue a la sala a recostarse en el sofá. Después de secar todo y guardarlo en su lugar, me dió hambre, así que abrí el refrigerador en busca de algo—¿Tienes algo de comer? Muero de hambre.

—Hay pizza congelada, sirvete, yo no quiero—dijo mientras encendía la televisión y puso el canal de deportes.

Saque unos pedazos y los coloque en un plato para llevarlos al microondas.

Tin, Tin, Tin.

Luego de un minuto en el microondas, la pizza ya estaba lista. Busque rápido una lata de refresco en el refrigerador y saqué el plato del microondas, tome todo y camine hacia el sofá, sentandome en el y colocando el refresco en la mesa de centro.

Disfrute mi pizza en total silencio mientras él veía la televisión, estaba viendo un partido de fútbol, no soy fan del deporte pero se de qué se trata, cada equipo debe meter la pelota en la portería del equipo contrario, fácil, o eso creo, nunca lo he jugado o más bien nunca he podido hacerlo, cada vez que mis hermanos jugaban, me excluían con la excusa de que no tenía equipo ya que los gemelos jugaban juntos en un equipo y Alan y Ángel en otro, quedando yo por fuera—como siempre—Así era mi vida desde que tengo memoria, tratando de sobrevivir para no ser opacada por mis hermanos.

Ya había terminado mi comida, lleve todo a la cocina, bote la lata de refresco y lave el plato, luego lo seque y lo guarde en su lugar. Me dirigí de nuevo a la sala y me recosté en el sofá, me puse una manta encima y me dispuse a ver el partido de fútbol. De un momento a otro un jugador metió un gol y mi hermano grito.

—¡¡¡GOLLLLLLLLL!!!

Yo solo lo mire sonriendo y negando con la cabeza.

Escuché que una llave entraba en la cerradura de la puerta, está se abrió, dando paso a Lucy con varias bolsas de comida en sus manos, cerro la puerta y se dirigió hacia nosotros.

—Hola Cam—me saludo con un beso en la mejilla.—Hola amor— ella beso la frente de mi hermano.

—Hey lucy, ¿Cómo te fué en la tienda?—le pregunté.

—Todo bien. Angie e Isa fueron y me ayudaron a organizar la ropa en los estantes.

—Lamento no haber podido ir a ayudarte.

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