Los indeseables ©

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La sabiduría es un don

y en este caso, también es una maldición

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Adem no sabe tomar decisiones.

Y yo menos.

   —¿A dónde vamos a comer?

   —A donde quieras.

   —Nada se me ocurre.

   —A mi tampoco.

Silencio.

   —¿A dónde vamos?

   —No sé, a donde qui... Espera, eso ya me lo preguntaste.

   —Por que no sé a donde ir.

   —¡Y yo tampoco!

   —Tira una opción.

   —¡No sé!

Diez minutos de viaje bastaron hasta que Benedict intercede, ofreciendo una alternativa:

Un lugar situado a media hora de la escuela, en las afueras de la ciudad. Alega que es un pequeño restaurante, muy discreto pero con buena comida.

Llegamos con rapidez encontrándonos con una casa, de pintura marrón descascarada y plantas colgando por todos lados. De las ventanas enrejadas salía un humeante aroma a hierbas y especias que me acarició las fosas nasales. Delante de la construcción, unas mesas simples redondas y sillas a su alrededor.

   —No es la gran cosa. Lo sé. Pero les prometo que es acogedor —nos dijo Benedict. Su voz se tintó de inseguridad al ver como inspeccionábamos el área.

   —A mi me gusta —reveló Adem. Benedict y yo volteamos a verlo —. ¿Qué? Está bueno el lugar.

Luego, Benedict me miró a mi, esperando mi veredicto final sobre el pequeño restaurante. Bien, ahora tenía que elaborar una respuesta.

¿Qué pensaba del lugar? Era lindo y cómodo, incluso discreto por la localización.

   —Se ve acogedor —completé —. Es bonito.

Mis dos compañeros se adentraron antes de que yo comenzara a moverme.

«¿Qué diablos haces, Mara?»

Debería estar en mi casa sola, segura y comiendo la rica pasta con salsa que sobró de ayer.

Una cosa es permitirme estar cerca de ellos dentro de la escuela y otra muy distinta es salir con ellos a alguna parte. Si decidí quedarme con Adem y Ben, fue para que no se me acercaran personas indeseables allí.

Sí, los estoy usando. Es así, tal cual suena. Pero tampoco es tanto.

    —¿Mara, qué te gustaría pedir? —me consulta en voz alta Adem —. Y por favor, no digas "Lo que quieras" , porque te lo volveré a preguntar.