FRANCO III

142 7 1
                                    

Otro latigazo golpeaba su espalda, Franco se quejó, ya perdió la cuenta de cuántos latigazos recibió en estos seis meses, le costaba respirar, la bolsa que cubría su rostro le impedía recibir aire limpio, sus brazos le dolían pero no tanto como su espalda que quemaba como nunca antes.
Todo su cuerpo dolía pero más dolía su alma, su corazón, cubierto de miles de cicatrices debido a las torturas y el miedo constante le impedía dormir tranquilo.
Por suerte hace casi un mes la llegada de un nuevo recluso le permite desahogarse gracias a que hablan el mismo idioma, sino ya habría enloquecido.
Decidió pensar en Sara y sus hijos para soportar el dolor, sabía que sí no resistía recibiría un castigo aún peor; le pasó una vez y no quería revivir ese martirio. El pensar en ellos hacía que el dolor disminuya un poco.

Regresaré, RegresarásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora