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T/N

Llevé a la hija de la señora Rei al interior del hospital, había una habitación desocupada y entré ahí con ella, antes de que alguien nos viera así, empapadas.

- Siéntate.- Le dije, en tono amable, señalando la camilla.

Saqué un par de toallas del armario y la envolví en una de ellas, para proceder a secarme el cabello.

- Debe haber algo seco que podamos usar, dame un momento.- Añadí antes de salir de la habitación.

Mi locker no estaba lejos así que saqué mi uniforme de repuesto y mi cambio de ropa de civil para prestárselo a ella.

Al volver a la habitación ella seguía mirando al suelo.

- Aquí hay algo que puedes usar.- Le dije, dejando la ropa en la camilla, junto a ella.- Iré al baño a cambiarme, ahora salgo.

Entré al baño y me cambié el uniforme, pero al volver a la habitación, la encontré a ella en exactamente la misma posición que antes.

- oye... Fuyumi ¿Verdad?- Ella me miró.- tranquila, no pasa nada.- Le sonreí.- no te haré preguntas e intentaré no incomodarte, si quieres que salga para vestirte, dímelo.

Dije llendo hacia la puerta.

- no.- Dijo ella.- no hace falta.

Casi se me sale el corazón cuando se puso de pie y se desvistió en mi presencia, aún en ropa interior, se dispuso a secar su cuerpo con la toalla y acto seguido se vistió con mi ropa.

- Aún estoy algo en shock, lo lamento.- dijo ella.- gracias, te la debo.

- Ah, no es nada, sólo es algo de ropa, me la puedes devolver después, no hay prisa.

- No... Me refiero a lo que hiciste antes.

- ¿Salvarte?

- Consolarme.- Volvió a mirar al suelo mientras se sentaba en la cama.

Algo sorprendida me acerqué y me senté a su lado.

- Oye... no conozco tus razones, pero estoy feliz de haberlo evitado. Eres joven, no dejes que las dificultades del presente te impidan vivir tu futuro.

- Lo sé, yo... supongo que me dejé abrumar por las cosas que suceden a mi alrededor, fui débil.

- No te culpes a tí misma, a veces las cosas se ponen difíciles, pero si le sonríes a las dificultades es más fácil lidiar con ellas.

- Tu cuidas de mi madre ¿No es así?

- Es correcto.

- ¿Y cuál es tu nombre?

- T/N.- Respondí con una sonrisa.

- ¿Qué hacías en la azotea con tanta lluvia?

- Mmmmm tu mamá se preocupó porque dijo que saliste de la habitación así sin más y recordé verte pasar en dirección a las escaleras, te estaba buscando en realidad.

- bueno, definitivamente me encontraste.

- ¿La señora Rei tuvo algo que ver en tu desición de saltar?- Pregunté sin pensar.- ay.- Me tapé la boca.- Lo siento no me incumbe.

- no, está bien.- dijo ella.- A decir verdad, mi madre pone mucha confianza en mí y eso se convierte en un peso sobre mis hombros que creí que ya no podría soportar.

- ya veo...

- creo que debería ir a disculparme y despedirme adecuadamente para volver a casa.

- ¿Estás segura de que quieres irte con esta lluvia?

- No parece que vaya a pasarse pronto.

- Bueno, en eso tienes razón.

- Pediré un taxi, gracias por todo. Traeré tu ropa pronto.

Fuyumi se levantó y salió con su ropa húmeda en las manos.

Fue a despedirse de su madre y se fué...

Fui a la habitación de la señora Rei por la noche, para llevarle sus medicamentos.

- Mi hija estaba algo distraída hoy...- Señaló y casi me sentí culpable de no decirle lo que había pasado.- Intento convencerla de que ella puede con todo pero parece que no lo logro totalmente.

- Es natural.- Le respondí.- La suya es una posición complicada.

- ¿Son íntimas?- Preguntó.

- No tanto así. Yo... creo que ella mencionó un poco en algún momento.

- Está pasando por una etapa difícil que ya se ha prolongado demasiado, desearía que pudiera separarse un poco de la familia y hacer su vida, con alguien más.

- ¿Eso es lo que piensa?- pregunté sorprendida, ya que ella siempre decía que fuyumi era la que unía a la familia.

Rei suspiró.

- Merece paz y felicidad y en esta familia tan problemática no la va a conseguir. Sus hermanos y su padre son orgullosos y yo estoy medio loca. Somos una carga para ella, esa es la verdad.

- Señora, no diga eso.- Dije conmovida.- Usted no es una carga para nadie es una mujer dulce y gentil, en todo caso la carga de toda su familia es ese hombre q...

- T/N...- Llamó mi atención con una risita, cortando mi discurso.- Estás hablando de más.

- lo siento.- dije apenada y recuperando la compostura.- sé que es su esposo y el padre de sus hijos, pero pensar en que es la razón de que usted esté aquí me vuelve loca.

- Querida, la culpa no es del todo suya, ambos hicimos mal las cosas, cada uno paga el precio a su manera, pero te agradezco tu empatía.

Asentí.

- Por cierto...- Añadió.- ¿Sabes por qué Fuyumi se cambió de ropa antes de irse?

- Ah...

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Buenas mocheeeees

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado, no olviden votar y comentar si así fue y Seguirme si aún no lo hacen, ver crecer el número de seguidores me motiva a traer más contenido.

¿Qué les parece el rumbo de la historia?

Nos vemos el viernes en la noche.

Se me cuidan y no olviden tomar agüita.

Dame PazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora