Dame Paz

10

T/N

Lo primero que ví al abrir los ojos fue a Fuyumi, acostada en su futón con el pecho apenas cubierto por su sujetador.

Inmediatamente me odie por haberme dejado llevar como lo hice, si no me hubiera quedado dormida, quien sabe que tan lejos habría llegado, tenía pensado irme en algunos días, pero ahora tenía que hacerlo lo antes posible, porque ya no estaba simplemente dejando a una amiga atrás, estaba abandonando a alguien que me había entregado su corazón ciegamente.

Entré en pánico y rápidamente reuní todas mis pertenencias, tomé una libreta de mi bolso y escribí una nota para ella, la dejé sobre el futón y salí a toda prisa.

Cuando abrí la puerta de la habitación casi me da un infarto, ahí estaba Endeavor, a punto de tocar.

- Ah... Lo siento, buenos días.- Dije haciendo una reverencia, apenada.

- No sabía que mi hija tuviera visitas.

- Fue de imprevisto, le pido una disculpa, ella aún duerme y yo ya debo irme.

Él echó un vistazo adentro y luego me miró, para rápidamente desviar la mirada.

- Le aconsejo cerrarse la blusa antes de salir a la calle, hace frío, que tenga buen regreso a casa, señorita.

Estaba sonrojado hasta las orejas.

Casi muero de la vergüenza al darme cuenta de que llevaba la blusa abierta.

Por el camino no paraba de pensar en lo que Endeavor podría haber interpretado de la situación, vió a su hija, dormida, en brasier y con la parte de abajo envuelta en su manta, así que podría perfectamente parecer que iba desnuda y a demás de eso, una desconocida, saliendo de su casa a hurtadillas por la mañana, con la blusa abierta.

Pero ya no importaba, porque nunca más nos volveríamos a ver

Casi sentí deseos de regresar y decirle a Endeavor que no era lo que estaba pensando, pero yo no sabía lo que él había pensado, simplemente podía imaginarlo pero de no ser así, la vergüenza sería aún mayor.

Intenté pensar en otra cosa y la nota vino a mi mente, casi lo había olvidado.

Querida Fuyumi:

Espero que entiendas que lo que pasó anoche no lo planeé, la verdad es que me iré lejos y si te cité antes fue para verte por última vez, jamás imaginé que la noche terminaría como lo hizo y a decir verdad estoy feliz de no haber llegado más lejos, de lo contrario, no hubiera sido capaz de irme.

Honestamente no he sido del todo sincera contigo, no mereces eso, alguien como tú se merece el mundo. Sé que llegará el amor ideal para tí, sé también que ese amor no soy yo ¿Cómo podría? Olvídame a mí y todo lo que pasó.

Aunque yo jamás te voy a olvidar...

T/N

Me sentí algo rota por un instante.

Con algo de suerte, sus sentimientos por mí no eran tan fuertes y podría superarlo pronto, de momento tenía que ir a casa a buscar mis cosas y abandonar la ciudad lo antes posible.

Entré a casa corriendo, tropezando con todo, casi me caigo al menos tres veces, el teléfono no dejaba de sonar, seguramente me llamaban del hospital, porque no fui por la mañana, me hubiera gustado decirle adiós a la señora Rei, pero no había tiempo, no me arriesgaría a qué Fuyumi me encontrara ahí, no quería imaginarme su rostro al ver la carta.

De alguna manera era reconfortante pensar en que se sentiría triste pues en dicho caso, los sentimientos que me expresó serían reales, pero por su bien, deseaba que todo fuera falso, que sólo estuviera jugando conmigo y que al leer la carta se riera a carcajadas

Empaqué a toda prisa lo que fuera indispensable y salí casi volando de ahí.

Fuí a la estación del tren bala y compré un boleto, iría tan lejos como pudiera. No sólo porque no soportaba la idea de haber dejado así a Fuyumi, cada segundo del tiempo que llevaba implementando el plan, temía más por mi vida, por Touya, si me encontraba, me mataría de la forma más dolorosa imaginable por el ser humano, después de todo yo rompí el trato.

Para el anochecer ya había llegado a la última estación, finalmente, el viaje terminaba en la otra punta del país, pero aún estaba insegura, tomé un autobús que me dejó en las afueras de aquella ciudad, en la zona rural, a la media noche. A esa hora ya no había nadie en los alrededores, sería imposible encontrar hospedaje y no me quedó más opción que dormir bajo el techo de un pequeño templo antiguo y abandonado.

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Holaaaaa
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