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T/N

Mi nuevo trabajo me agradaba. Estaba en el área de pediatría, con pequeñitos encantadores y llenos de inocencia, me recordaba a cuando mis hermanos y yo éramos así.

Recordé una historia que Fuyumi me contó de su infancia.

Cuando Natsu, Touya y ella solían jugar juntos, a veces, cuando su padre no estaba en casa, su madre dejaba que shoto, el menor de todos, jugara con ellos, eran recuerdos muy presiados para ella h pensar en eso me llenaba de ternura.

La extrañaba muchísimo y aunque dura te el día disfrutará jugando con los niños, por la noche estaba aterrada de no tener noticias de Touya. Esperaba que luego de tantos días ya ne hubiera localizado pero no había ningún indicio de ello.

Esperé a que calleja la noche, ya todos en la casa dormían y estaba sóla en mi habitación así  que tomé mi teléfono y lo encendí por primera vez desde que llegué al pueblo.

Al instante comenzaron a entrar cientos de mensajes y llamadas perdidas de Fuyumi, eso me hizo sentir un poco mal.

Leí los mensajes, desde los más viejos hasta los más recientes, al principio me preguntaba la razón de mi partida y me decía que me apoyaría pero conforme avanzaba comenzaba a hablarme de que había entrado a mi departamento y casi se me sale el corazón al ver que se había encontrado con él.

Obviamente ella no sabía de quien se trataba, pero tal y como sospe haba, Touya no se quedaría de brazos cruzados, incluso me envió amenazas a través de su hermana.

Me sentía terrible, me alejé para no lastimarla y terminó en medio de todo.

Estaba temblando, no sabía qué hacer, quería decirle a Fuyumj donde encontrarme para hablar con ella, pero temía que Touya la siguiera.

Tampoco quería involucrar a las personas con las que me había relacionado aquí, pero tenía que actuar lo antes posible.

Vine a esconderme pero creo que la solución siempre fue atacar el problema de frente, decir la verdad aunque Fuyumi nunca fuera capaz de perdonarme.

***

Al igual que cuando dejé mi casa, me fui de aquél pueblo sin decir nada a nadie, vacié mi habitación y bajé las escaleras de la casa con cuidado de no hacer ningún ruido.

- ¿te vas?- Me preguntó una voz.

Me sobresalté y me giré para encontrarme con Haru parado en la puerta de su habitación.

- Me asustaste.- Dije.

- Es obvio que estás metida en algo, no soy estúpido, pero no me incumbe y por eso nunca pregunté pero espero que no nos hayas puesto en riesgo a mi madre y a mí.

-Haru... eres un chico muy inteligente y créeme que jamás lo pondría en duda, justamente no quiero arriesgarlos a ustedes, a nadie en este pueblo, por eso debo irme.

- No eres una mala persona.- Me dijo él.- Quiero saberlo ¿de qué huyes?

Suspiré.

Tal vez explicárselo era demasiado arriesgado, pero al haberlo hecho parte de mi huida, sentía que se lo debía.

Le dije todo, se sentía liberador.

Le conté como conocí a Touya, la historia que él me contó de su familia y el como me involucré de más con su hermana. Y lo peor, lo más reciente, el encuentro que tuvieron en mi departamento.

- Traela.- Me dijo él.- traerla aquí y escondanse las dos.

- No entiendo. ¿Por qué tomarías ese riesgo?

- Porque sé lo que es amar a un amigo y perderlo por los secretos que guarda.- Miró a su intravenosa.- ve por ella y ocultense aquí.

Lo siguiente que hizo fue llevarme en la camioneta de su madre hasta la estación del tren.

Tomé el primer tren que me llevara a la ciudad y pasé todo el camino mirando por la ventana con inquietud.

El vagon estaba vacío, Tomé mi teléfono y aproveché la buena señal.

Llamé a la policía.

- hola departamento de policía. ¿Cómo puedo ayudarle.

-Hola... quisiera reportar a un criminal que ha sido buscado por mucho tiempo. Yo... necesito que se manejen con discreción y me escuchen atentamente. Es muy peligroso.

- Entiendo, por favor prosiga.

》Se hace llamar Dabi y me ha estado extorcionando por varios meses, si madre está en un hospital psiquiátrico, quería que la vigilara por él, yo soy enfermera, si no lo hacía él ne mataría así  que obedecí, nunca me pidió lastimar a nadie, sólo darle información sobre su familia, pero siempre me amenazó, huí por un tiempo pero me envió amenazas con su hermana, a quien llegué a ser cercana, sé que debe estar vigilando mi departamento pero no aparecerá amenos que yo también lo haga, voy en camino, le daré mi dirección.

La persona al teléfono quiso convencerme de que no lo hiciera pero tras darle la dirección de mi casa y la hora a la que llegaría, colgué.

Luego de eso le escribí a Fuyumi y la cité en mi departamento al amanecer.

Suspiré nerviosa, esto sólo podía salir muy bien o muy mal.

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Avisarles que voy a terminar de subirla hoy mismo, quedan otros dos capítulos.

Dame PazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora