XLIV

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Me abandono a la suerte
de mis propias sombras,
muchas y hambrientas.

Me abandono al hoyo
insaciable de mi temor,
gigantesco.

Me abandono, toda
a eso que llaman vida,
implacable.

Nicotina, Café y Letras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora