Déjame adorarte en silencio.
A veces, las palabras,
no son suficiente.
A veces, el cuerpo
no sabe decirlo.
Y solo la mente entiende,
solo el alma padece,
en el mutis más absoluto
lleno de gritos de amor.
En silencio, tranquila,
déjame adorarte,
y permitirte saber con la mirada
que sin ti soy absolutamente nada.