Capítulo 4 "Evasión"

13 0 0
                                    

Katelyn Henderson

Habían pasado tres días desde que salí con Johan y aunque habláramos por mensaje sus respuestas cada vez las sentía más cortantes, me daba excusas de porque se tardaba en contestar y yo entiendo que hay veces donde te es casi imposible responder un mensaje, pero sus excusas eran tan malas que nadie podía creérselas. Era triste que quisiera evadirme porque hoy quería ir al centro comercial y con él hubiera sido divertido ir.

No sé qué te sorprende si aburres con facilidad a las personas.

Ignorar a mi cabeza es bastante común en este punto de mi vida, tenía suficiente con los demás como para que yo sola me bajará los ánimos, debía tener un enfoque diferente. La escuela, mañana es mi primer día en la licenciatura. Para el comienzo de clases siempre he tenido como una "tradición" de comprar ropa nueva y estrenarla ese día, para mi representa que me dará suerte en los periodos escolares y siempre me ha funcionado, puede que sea una superstición, pero no quiero arriesgarme a que otro factor en mi vida salga mal.

Las cosas con mi papá se están aligerando conforme paso los días aquí poco a poco se va acostumbrando a mi presencia y a no tener que estar solo todo el rato, parece que le agrada mi compañía por momentos. Ahora tengo una misión de suma importancia pedirle dinero a mi papá para comprar ropa. Se me hizo fácil gritarle a mi papá desde mi habitación para que viniera sin pensar en las consecuencias que eso traería. Mi papá llego corriendo con la respiración agitada junto con Robert y su cara denotaba susto que cambio a una de incertidumbre al verme sentada en mi cama con una sonrisa inocente.

—¿Estas bien, hija? —preguntó preocupado, mientras examinaba que estuviera bien. El susto de mi padre sé que fue por lo que pasó en México, sabía que estaba enterado de ese incidente, estaba consiente que sabía algunas cosas, pero no pensé que supiera que paso con exactitud.

—Lo siento —miré hacia abajo— no pensé que fueras a reaccionar de esa forma y solo quería pedirte dinero y permiso para ir al centro comercial.

—Katelyn, sé que me ausente por bastante tiempo de tu vida, y no hay nada que yo pueda hacer para evitar el pasado, pero el día en que sentí que te perdía me prometía a mí mismo cuidarte lo que resta de tu vida, para mi es un placer que vivas conmigo. Estoy acostumbrado a la soledad y a los silencios, se volvieron parte de mi rutina, tu llevas aquí unos días y esa calma se acabó —agache la mirada otra vez, no quería ocasionarle problemas— y quiero que sepas que no me molesta, me agrada saber que ahora estas aquí conmigo, y trataré de ser el padre que te mereces. —No pude evitarlo y lo abracé a lo que el correspondió mi abrazo. —Solo un favor Kate, la próxima vez ve a mi oficina en lugar de gritar. Robert te dará la extensión de mi tarjeta para que puedas usarla cuando quieras solo no te excedas.

Es la primera vez que me sentía cómoda con que Robert me llevará a algún sitio porque ir al centro comercial sería cansado y llevar bolsas de ropa en el metro lo veía poco práctico. Me arreglé un poco para salir y cuando estuve lista Robert manejo alrededor de treinta minutos y hubiera sido menos si no existiera el tráfico. En el trayecto me comento que era centro más grande la ciudad y que a mi padre le gustaba acudir por la seguridad dentro del mismo y las marcas exclusivas.

Caminé con Robert de una tienda a otra comprando lo que consideraba indispensable porque si iba a vivir aquí por el resto de mis días la ropa que traje en una maleta no me alcanzará ni para un solo mes. Antes solía gustarme salir a comprar ropa era una actividad que hacía con mi mamá y de las pocas veces que no peleábamos, el problema fue cuando crecí, empecé a odiar como me veía con cualquier tipo de ropa y odiando a las modelos por no lucir como ellas, con el tiempo fui asimilando que no todo se me podría ver bien, pero tampoco me sentía bien en el espejo de los probadores, llegué a un punto donde yo no compraba mi ropa mandaba alguien para que lo hiciera y ahorrarme ese tormento.

VICIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora