Epílogo

22 0 0
                                    

Katelyn Henderson

Estaba donde todo comenzó, en el aeropuerto, pero esta vez no era porque alguien me hubiera desterrado de la ciudad, tampoco estaría de regreso en México la vida me dio una segunda oportunidad que yo debía tomar, iría a Los Ángeles a cumplir mi sueño de ser una voleibolista reconocida y jugar para uno de los equipos más prestigiosos de la ciudad, me transfirieron a una de las mejores universidades de LA y mi papá accedió a pagar mi residencia allá, porque era algo que me emocionaba y una de las razones por las cuales salí adelante.

Después de mi desmayo, por no comer casi nada por días y estar en un peso extra bajo, en el hospital comprendí que tenía un problema y que en realidad nunca lo solucioné por completo, solo lo evitaba, pero nunca arreglarás algo si lo evitas, tienes que solucionarlo de frente para asegurarte que nunca vuela a suceder o si sucede sepas pedir ayuda y no esperarte a las máximas consecuencias.

Derek estuvo conmigo durante todo mi proceso de ingreso a la clínica de salud mental, fue desgarrador despedirme de mi padre, Kim y Derek, sentía que se olvidarían de mí y seguirían con sus vidas como si yo no hubiera existido, afortunadamente eso solo fue mí ansiedad hablando. Podía recibir visitas y a diferencia de hace un año, ahora si había quien me visitara, Kim venía cada viernes y me traía maquillaje, revistas o mascarillas para que las usáramos juntas durante su tiempo de visita, mi padre solo iba y platicaba conmigo en el jardín mientras que Derek me llevo el oso que hicimos aquel día en el centro comercial, me visito todas las veces que se le fueron permitidas y quiero decir que estas tres personas fueron un gran apoyo emocional en mi recuperación y el motivo por el cual quise salir adelante. Gracias a eso se facilitaron las cosas para mí. Debido a que quería ser ayudada mi estadía en aquel lugar fue menos.

Estuve en una clínica diferente a donde trabajaba la tía de Kassandra, en esta mi padre se aseguró de que firmaran un contrato de confidencialidad que decía explícitamente que si algún video mío salía en los medios de comunicación los demandaría y cerraría la clínica, esto no lo hizo porque le diera pena que estuviera ahí sino para protegerme, las revistas de chismes y sobre todo Rousegold se encargó de avisarle al mundo que estaba en rehabilitación.

Dentro de la clínica sane, no tanto físicamente porque aún estaba baja de peso, me faltaban tres kilos para mi peso ideal, pero vamos a pasos pequeños. Sane mentalmente, ya no me odiaba, ya podía verme en el espejo sin sentir pena, aún tengo fallas, mi amor propio mejoro al igual que mí autoestima, no quería y tampoco me permitiría volver a verme en un punto tan bajo como lo estuve en la fiesta de navidad y tampoco quería estar completamente rota en mi cuarto. Ningún casi algo, novio, madre, amigas o cualquier persona en general vale la pena para que te sientas insuficiente por no estar a su nivel, debes saber tu valor y darte tu lugar. Nadie merece ser la incertidumbre de una persona porque eso te desgastara demasiado y eso lo aprendí a las malas.

Sentí un poco de lástima por Kassandra y su carrera: sus contratos, promociones y películas fueron anulados porque ella ya no daba una buena imagen, además que por ser hija de Peyton sabían que si le daban trabajo a Kassandra era meterse contra el hombre más poderoso de Nueva York. No le guardo rencor a ella y tampoco la odio, espero que ella pueda seguir adelante, al final solo estaba enamorada e hizo todo eso por amor.

El equipo de LA se enteró de lo que sucedió en mi vida y comprendido mi situación, que yo no estaba bien mentalmente y me ofrecieron una extensión de tiempo para integrarme al equipo igual que a la universidad. Estoy muy agradecida porque no me quitaran esta oportunidad.

Mentiría si dijera que parte de mi decisión de irme de NY no fue por Johan, para ser más explícita para no verlo por la ciudad, porque, aunque es grande, frecuentábamos los mismos lugares y yo no quería caer de nuevo. Voy a terapia aún, estoy mejorando, pero Johan es una de mis más grandes debilidades como es mi fortaleza, pero para adivinar que me provocaría era mejor evitarlo.

VICIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora