Katelyn Henderson
Pasaron dos semanas después de la discusión que tuvimos aquel día en el taxi y decidimos hablar para arreglar las cosas entre nosotros. Lo más sano para los dos era que fuéramos amigos y yo estaba completamente feliz con eso.
Aria y Derek siempre me cuestionaban sobre si me dolía que ya no estuviéramos juntos y los trataba de convencer de que mi amistad con Johan era mucho mejor que tener una relación con él.
¿Convences a los demás o a ti misma?
Fue lo mejor que pudimos hacer, él tiene que grabar la nueva temporada de su serie, yo tengo que enfocarme en mis estudios y ser la mejor abogada de la ciudad. El peso de ser una Henderson recaía sobre mis hombros y sobre todo sacar a flote la empresa de mi padre para que siguiera creciendo día con día.
Mi amistad con él era un conflicto interno muy grande, confundía mis sentimientos cada que lo veía, y bueno eso ya no pasaba mucho, nuestra relación se basaba en mandarnos mensajes de texto y llamadas, con suerte iba a la escuela por Derek y me saludaba, eran segundos los que tenía con él y para mi eran lo más preciado que tenía, ver su sonrisa alegraba mi día. Tal vez fue muy rápido, pero me enamore de él y no me arrepiento de eso.
—Señorita Henderson, ¿está prestando atención a mi clase? —La maestra me miraba desafiante desde el escritorio.
— Por su puesto maestra.
— ¿En qué país nacieron los derechos humanos?
— En París, 1948 —respondí algo insegura pero la maestra continuo con su clase.
Me tiene mal mi medio ruptura con Johan y ya solo quería ir a casa a dormir. Robert no podría venir por mí hoy porque estaba en Los Ángeles con mi padre en una conferencia. Decidí tomar un taxi coloco mis audífonos y camino a la salida de la escuela, pero alguien choco conmigo.
—Cuidado Kate. — Esa voz, era del chico que hacía que mi mundo se pusiera de cabeza e hiciera cosas más estúpidas de lo normal.
—Lo siento no te vi, ¿buscas a Derek?
—Sí, tengo que llevarlo a una prueba de vestuario.
—Él sale en hora y media tiene otra clase.
Lo escuche maldecir, parecía haberlo olvidado y en ese instante tomo su celular e hizo unas llamadas. Me sentí incomoda y decidí colocar mis audífonos de nuevo para tomar un taxi dejándolo ahí, pero como de costumbre me tomo de la muñeca y me hizo una seña con la mano diciendo que lo esperara. No soltó su mano de mi muñeca en todo el rato que estuvo al teléfono, no me incomodaba, pero me preocupaba su reacción cuando se diera cuenta. La última vez que me acerque a abrazarlo me quito súper rápido y parecía incomodo por mi acción a partir de ahí marco mi distancia con él.
— e llevo a tu casa. —Soltó de la nada sin preguntarme y me llevo hasta su auto.
Normalmente el me abría la puerta cuando salíamos, pero ahora no lo hizo una parte de mi se entristeció ¿cómo un acto tan simple puede dolerme tanto? Dolida entre al asiento del copiloto para después ponerme el cinturón de seguridad.
El camino era demasiado incomodo.
Debiste irte antes de que te tomara de la muñeca.
Vi mi casa a lo lejos, "por fin" era en lo único que pensaba. Estaciono antes de la reja de seguridad, supuse que no quería entrar, tome la manija de la puerta y ya estaba decidida a bajar, pero él hablo.
—Necesito un consejo Kate.
—¿Sobre qué?
—Antes de preguntarte, eres la única persona en la que confió para que no vaya a contarle esta primicia a la prensa —estaba muy nervioso podía sentirlo, y no me gustaba por donde iba esto. Le di una mirada para que siguiera. —Terminamos bien, y aunque ya no somos tan cercanos como antes, somos amigos, te lo diré sin rodeos, quiero invitar a salir a Darian, pero no se me ocurre una cita perfecta con ella ¿me ayudarías?
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VICIO
RomanceQuerer a alguien sin saber lo que quieres y establecer una relación sin amor propio solo generara un: VICIO. Katelyn Henderson y Johan Dupeyron son dos jóvenes que se conocen en las vías del tren. La atracción entre ellos surge de forma inmediata, e...