CAPITULO IV

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(Hasana)

Es un nuevo día en el cual seguía mí rutina monótona, después de saludar a Nadjela, Izizi y a mi padre para después despedirlos, voy en mi carro rumbo a el trabajo.

Al llegar al hotel saludo a todos con los que me encuentro y voy a los vestidores a ponerme mi uniforme.

(...)

Estoy doblando unas toallas del hotel y recibo un informe por medio de mi smartwatch que me había dado la empresa, el cual lo abro y al abrirlo escucho un audio en el que decía que me tenía que presentar en recepción. Termino de doblar las toallas que me faltaba y sigo la orden que me dieron

Al llegar, mi olfato se invade por un olor conocido, un olor masculino que me pone nerviosa y un poco feliz porque me hace acordar a ...

—Hola —dice la varonil y agradable voz de Canek.

Dejó de mirar a la recepcionista y voltee a ver a Canek.

—Hola Canek—le digo con una voz llevada del nerviosismo.

—El señorito Canek me dijo que usted hoy iba a ayudarle a encontrar un objeto perdido de él —menciona la recepcionista.

—¡Ah sí!, qué bueno que me llamó—digo sonriente

—Bien, entonces vamos —dice Canek.

Caminamos hacia donde hice ayer todo mi recorrido desde el inicio

—¿Dónde crees que lo pudiste haber perdido? —le pregunto mientras caminamos y buscamos con nuestras miradas el anillo.

—Creo que, en la cascada, ya que, cuando me coloqué la ropa no me acuerdo habérmelo puesto.

Fuimos a la cascada y empezamos a buscar en toda la zona, hasta que en un arbusto con varias flores exóticas vi algo que relucía, un objeto del que salía un destello.

Me acerqué lentamente al arbusto enfocándome en ese destello hasta que introduje mi mano en el arbusto.

Al sacar mi mano veo el anillo, pero...

—¡AAAAAAHH! —Gritó al ver una lagartija encima del anillo a lo que esta se asusta y salta en el arbusto.

Yo del susto me hecho hacia atrás y me resbalo con una piedra humedad provocando que por poco caiga, pero siento unos fuertes brazos sosteniéndome, miro hacia atrás y es Canek.

Nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos viendo durante mucho tiempo y no tendría problema con verlo durante toda una vida, las formas de sus ojos eran tan, tan atractiva, eran unos ojos la cual podía ver su alma pura y honesta, en ese momento hubo una conexión que no sabría explicar, mi mirada recorrió todo su rostro, pero me di cuenta que el hizo lo mismo así que antes de que me pusiera roja, decidí voltear mi mirada.

—Aquí lo tengo—digo rompiendo ese momento extrañamente bonito.

Me acomoda al frente de él y le entrego el anillo, un anillo con una piedra preciosa pero que daba una extraña sensación, se veía costosas, era un anillo llamativo y bonito.

—Gracias Hasana—me dice Canek mirando mi mano para después mirar mi cara con esos ojos que no hacen nada más que plasmarse en mis pensamientos.

Esa es la sensación de cuando un chico que no conoces, no porque te guste, sino, por su belleza, te pone nerviosa.

<<Solo ruego que no me sonrojes, mi pálida piel me podría delatar>> pensé.

—Por poco la lagartija se lleva tu anillo—digo con sarcasmos, intentando romper el hielo.

H Y CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora