Corazón Ciego; Chanmin

38

—¡Oh, santo cielo! —Jake chillo de felicidad frente a mí, mientras colocaba una de sus largas y delgadas manos sobre su frente—. ¿Acaso estoy delirando? ¡No puedo creer que estas botas tengan el veinte por ciento de descuento!

Me limite a rodar los ojos, tragándome algunas palabras ofensivas en su contra.

— ¡Tienen que ser mías! —Las tomo con delicadeza, como si se tratara de un bebe o algo parecido. Bufe exasperado por sus actos estúpidos—.

—Jake —Comencé a hablar, intentando mantener mi paciencia a tope—, te recuerdo que estamos aquí por suministros para los próximos días. No para comprar zapatos. —Mire con desprecio los horribles zapatos oscuros que sostenía en las manos. El me miro como si me hubieran brotado antenas en la cabeza—.

Froto con pereza su rostro y sonrió burlescamente, como si hubiera dicho algo erróneo—. No son zapatos, querido. Se llaman botas, ¿Vale? Se nota que no sabes absolutamente nada sobre moda. —Me miro de pies a cabeza, deteniéndose en mis viejos y sucios converse negros que tenía desde los catorce años. De alguna manera, me sentí expuesto bajo su mirada. El continúo hablando—. De cualquier forma, ¿Por qué estas tu conmigo? ¿Quieres que te recomiende algo? Deberías de ir y buscar a mi novio—enfatizando el "mi" —, y al tonto de Changbin. Sabes, ustedes dos hacen una pareja perfecta.

Y antes de que pudiera contestarle algo, se alejó del pasillo, meneando las caderas mientras caminaba hacía otro lugar con las feas botas, muy lejos de mí. Por una parte me sentí aliviado, ya que si lo tenía cerca de mí un segundo más, probablemente terminaría encima de el, golpeando su frágil rostro contra el suelo de la plaza.

Estúpido modelo descerebrado.

Ni siquiera tenía la más mínima idea de que hacía el acompañándonos para hacer las compras. Simplemente, después de que se instaló en su cabaña—que obviamente compartía con Chan, quiero añadir—, salió muy sonriente, tomando una enorme bolsa marrón de diseñador y lentes oscuros sobre su cabeza. Me dijo, frente a Nayeon que el estaría muy feliz de acompañarnos y tener un poco de convivencia saludable. Creo que olvido mencionar que la convivencia era con los zapatos con descuento y no con nosotros.

Empuje el carro de metal naranja frente a mí, cargado con cereales, botellas gigantes de agua y una que otra barra de chocolate. Me sentía fuera de lugar con la comida en el pasillo de zapatería.

Changbin, Chan, Jake y yo, habíamos llegado a la primera plaza que vimos en la ciudad. Nayeon nos había repartido dinero por igual y nos había encargado comprar un par de cosas, por lo que nos separamos para buscarlas por nuestra propia cuenta—por supuesto, Chan no podía ir por sí mismo, así que Chagbin lo acompañaba—. Claro que Jake, por su parte, prefirió darme su lista a mí para que yo me encargara de sus compras. Es que el aseguro que para eso me pagaban.
Camine desorientado por el establecimiento. No había muchas personas, así que me tomaba todo el tiempo del mundo para encontrar los artículos sobrantes en la lista. No paso mucho tiempo después hasta que me topé con los dos hermanos Bang, conversando frente a un refrigerador de helados. Me recargue sobre el carrito y los observe discutir, divertido.

— ¡Te he dicho que a nadie le gusta el helado de arándano, Changbin! ¿Por qué eres tan terco? Chan miraba hacia la nada, mientras le gritaba por lo bajo a su hermano, que se estaba divirtiendo a lo grande. Se percató de mi presencia y me guiño un ojo—.

—A Jake le encanta el helado de arándano —Abrió el refrigerador y extrajo un bote de helado, sonriente. Lo coloco sobre mi carrito mientras avanzaba hacia ellos—.

—Eres un...
—Wow, Chan. Calmado, ¿si? Se trata solamente de helado —Le respondí, interrumpiéndolo. El frunció los labios y después se quedó serio, sin decir nada. Me volví hacía Changbin, que me observaba deslumbrado—.

—Me sorprendes cada vez más. No puedo creer que exista alguien que ponga en su lugar a mi hermano. Incluso cerró el pico.

—No fue fácil —Admití, fingiendo como si Chan no estuviera presente y no pudiera escuchar nada de la conversación—. Supongo que tengo un toque especial —Bromee—.

Changbin me sonrió aún más—. Y vaya que sí.

Chan arrugo la frente y levantando las cejas en mi dirección. Subí los hombros, como si él pudiera ver mi gesto. Me sentí bien y mal al mismo tiempo. Me agradaba ver a Chan "discretamente" luchando contra sus celos, pero me disgustaba que después pensara que me estaba volviendo en algún tipo de fácil. Aunque probablemente eso no le importe nunca. Rápidamente cambie de tema.

—Y, uh... ¿Ya tienen todo? —Pregunte, lamiendo mi labio inferior. Los dos respondieron al unisonó con un sí y yo solo asentí. Continúe—. Entonces, ¿qué estamos esperando? Volvamos a las cabañas.

—Pero, ¿qué hay de Jake? ¿Dónde está? —Pregunto Chan, invocándolo, ya que al instante, Jake apareció por detrás de él, sonriendo como una maniático y abrazándolo por detrás. Yo rodé los ojos de nuevo—.

—Bebe, te preocupas por mí. Que tierno —Dijo el, "conmovido" mientras le plantaba un beso en la mejilla. Gire mi cabeza hacia otro lado, mientras por el rabillo del ojo notaba como Chan arrugaba la nariz y se alejaba de el—. ¡No saben dónde estaba y con quién me encontré!

Los tres miramos hacia el suelo, obviamente no interesados con su espontánea plática bipolar.

El no pareció notar nuestro rechazo, así que continuo, sonriendo—. ¡Con Ethan Lee! ¿Hola? ¿El hijo del multimillonario cirujano plástico me que arreglo la nariz el año pasado? ¡Duh! —El espero a que nosotros contestáramos algo, pero como no lo hicimos, simplemente continúo—. Me ha invitado a una fiesta en su cabaña, al otro lado de la costa. Y ya saben, como soy tan generoso, he decidido que ustedes pueden acompañarme. Inclusive tu —me señalo con su dedo, batiendo sus pestañas hacia mí—. Sera divertido, ¿no creen?

Ahogue una risita cuando vi que Chan le hacía señas de incomodidad a Changbin. Sonreí.
No. No sería divertido en lo absoluto.

-Mong