Uno.

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Llego al edificio de los estudios de la radio. Faltan quince minutos para medianoche.
Me subo en el ascensor y pulso el botón de la décimo quinta planta. Me miro en el espejo y sacovel pintalabios rojo del bolso para repasar mis labios y que queden perfectos. Las puertas del ascensor se abren y yo empiezo a caminar por el largo pasillo. Mis tacones resuenan en el silencio de la planta. Veo aparecer una figura masculina casi al final del pasillo y sonrío porque ya sé quién es. A medida que nos acercamos, veo que él también sonría y puedo apostar cualquier cosa a que está recordando lo mismo que yo.

-Lilly- dice con el típico tono con el que solo me habla a mí.

-Brad- le contesto con tono coqueto.

Él no ha dejado de sonreír. Inclina un poco la cabeza y me besa en la mejilla. Brad ya sabe que mi maquillaje puede estropearse.

-¿Te veo luego?- me pregunta ansioso.

Lo miro unos segundos. Sus ojos marrones son un mundo, tan profundos. Finalmente, asiento con lentitud y él sonríe hasta que se le forman esas arrugillas en los extremos de los ojos. Me fijo en él. Su pelo está peinado hacia arriba, no lo tiene muy largo, lo justo.

Sigo caminando sin decir nada más. Yo sé que Brad se ha girado para verme caminar, siempre lo hace, él mismo me lo había dicho en una ocasión.

Entro en el estudio donde hacemos el programa. Cody ya está allí. Él es un profesional y siempre llega media hora antes. Lo saludo con una sonrisa y él me responde nervioso, es algo habitual en él. No entiendo eso, la verdad. Es el encargado de llevar los controles del programa, el que dice cuando entro en antena o el que pone la publicidad. Había empezado a trabajar con él el año pasado, ya que el que ocupaba su puesto encontró otro trabajo mejor.

-Diez minutos- me anuncia.

-Vale- sonrío.

Me quito la chaqueta y la cuelgo en el perchero junto con mi bolso. Me guardo el móvil en el bolsillo trasero del pantalón y salgo. Me dirijo a una sala donde hay máquinas expendedoras de comida y bebidas. Me acerco hasta la cafetera y me sirvo un café. Vuelvo al estudio y Cody me enseña su mano abierta indicándome que quedan cinco minutos. Él ya tiene puesto los cascos y anda pulsando botones y subiendo y bajando las teclas que regulan el sonido y los micrófonos. Miro por el gran ventanal con mi café en la mano. Se ve el Empire State a lo lejos, con algunas luces encendidas. Las carreteras ya no están tan llenas de coches, pero los taxis no paran de pasar. Entonces me pregunto si puedo enamorarme más de Nueva York. Ya sé la respuesta.

Me siento en la silla, me coloco los cascos y le doy un trago a mi café. Miro a Cody y su mano marca cinco segundos, luego cuatro, tres, dos, uno, hasta que esconde todos los dedos y el cartel se enciende. "ON AIR" aparece en letras rojas de neón.

Me presento, como siempre hago al principio, cambiando la voz, poniendo una más sensual, más pausada. De eso trata el programa. Es una sección para adultos, generalmente hombres. Casi nunca recibimos llamadas de los oyentes, pero me sorprendió una vez que llamó una chica diciendo que le gustaba escucharme y a su amiga también, contó lo que hacían las dos mientras me escuchaban hablar.

Esa llamada me gustó, nunca pensé que mi voz podría tener este tipo de efectos tanto en hombres como en mujeres.

A lo largo del programa, tenemos una llamada.

-Hola- digo con una voz aún más sexy.

No responde nadie, solo se escucha una respiración, lenta y tranquila. Hago un sonido parecido al gemido, pero sigue sin responder nadie detrás del teléfono. Cody me mira, yo me encogo de hombros y él me indica que va a cerrar la llamada, asiento y de repente se deja de escuchar la respiración. Me siento extraña y curiosa, nunca había pasado esto, y para mi sorpresa, quiero saber quién más sobre el dueño o la dueña de esa respiración.

El programa termina y yo salgo del estudio no sin antes despedirme de Cody. Me dirijoa los servicios, enciendo la luz, que parpadea un par de veces hasta que se enciende por completo. Al salir, Brad está allí esperando, no me asusto porque no es la primera vez que hace algo así. Él siempre es el último que se va de los estudios porque es el jefe.

Caminamos por el pasillo hasta que llegamos al ascensor, esperamos hasta que está en nuestra planta y entramos. Brad pulsa el botón del 0 y el aparato empieza a moverse. Me apoyo un poco en la pared y lo miro. Él sonríe. Se acerca a mí y coloca una mano en mi cintura y la otra en mi cuello. Roza sus labios con los mios y empieza a besarme el lóbulo de la oreja, siguiendo por mi cuello. Yo echo la cabeza hacia atrás dejándole más espacio. Sigue dejando besos húmedos por encima del pecho, solo por el trozo de piel que deja ver mi camiseta. La mano que estaba en mi cintura baja hasta mi culo y lo aprieta. Yo jadeo y muevo las caderas hacia delante.

La puerta del ascensor se abre y Brad se separa de mí para mirarme con deseo. Salimos del pequeño habitáculo y caminamos a paso rápido hasta estar en la calle. No hace frío, pero el fresco de la noche me alivia del calor que se instaló en mí minutos atrás.
Nos dirigimos hacia el parking y nos subimos en su coche. Yo muy pocas veces llevaba el mío a trabajar, ya que me gusta más usar el transporte público.

Llegamos al edificio en el que Brad vive en apenas quince minutos. En estos casos, me gusta que él vivia tan cerca del trabajo.

Entramos en su casa y ni siquiera esperamos a cerrar la puerta.
De un salto, envuelvo las piernas en su cintura y él me sostiene. Cierra la puerta con una pierna y me besa desesperadamente. Se mueve por la casa hasta llegar al dormitorio. Me echa en la cama con dureza y se quita la chaqueta de una manera extraña. Vuelve a besarme y ahora me quita a mí la camiseta y los pantalones. Él acaba desnudo por completo en pocos segundos y se tira sobre mí. Está ansioso, como todas las veces. Eso es algo que me gusta, pero a la vez no.
Estira el brazo y saca un preservativo del primer cajón de la mesita de noche, se lo pone y me quita la parte de abajo de la ropa interior de un solo movimiento. Entra en mí y los dos gemimos. Se mueve con rapidez, haciendo que casi no pueda disfrutar del placer, pero al mismo tiempo sí. Con Brad todo es así, por una parte algo no te gusta y por la otra sí.

En la habitación solo se escuchan nuestros gemidos y respiraciones aceleradas. Intenta desabrocharme el sujetador, pero me muevo para que no lo haga, no me gusta quedarme desnuda por completo. Emite un sonido grave y aliviador y cae sobre mí, unos segundos más tarde, yo grito y siento tocar el cielo con mis manos. El placer corre por mis venas y  no quiero que esa sensación acabe.

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Me despierto pronto, como todos los días, me visto y busco en mi bolso un pequeño cepillo de dientes que siempre llevo conmigo. Me meto en el cuarto de baño y cuando acabo, me voy de la casa de Brad. Al principio él no entendía que yo me fuera sin avisar y me pedía explicaciones, pero yo me negaba a dárselas, ya que soy lo suficientemente adulta y madura como para saber lo que hago. Ahora él ya no le da tanta importancia a este tema y deja de presionarme porque él sabe que de esa forma puede ser peor.

Me meto en el ascensor y me miro en el espejo. El maquillaje está bien, a pesar del poco tiempo que he tenido para prepararme. Salgo a la calle y me dirijo a una de las entradas del metro. Me siento en un banco a esperar. Hay bastante gente, a pesar de que es sábado y muy temprano. Saco los auriculares y los conecto al móvil. La vida se ve de otra manera con la música. Cuando el metro llega, empiezan a salir personas de los vagones como si fueran hormigas y cuando parece que ya no van a salir más, nos subimos los que estábamos esperando.

Llego a mi casa y lo primero que hago es quitarme los tacones. Voy a mi habitación y me desvisto. Me pongo unos pantalones de chándal ajustados en los tobillos y una camiseta de manga corta ancha. Me echo en la cama y miro por el gran ventanal la ciudad que está delante de mis ojos. Me gusta tanto. Entonces recuerdo a la persona que llamó en el programa, su respiración pausada. Quiero saber quién era, pero es imposible averiguarlo.

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¡Hii! Aquí está el primer capítulo de On Air!!1!11! Jajajaja, espero que os haya gustado :)

LL.

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On Air  »h.s«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora