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El sol ha salido hace poco tiempo, el cielo se encuentra despejado y el clima está estupendo, pero Jisung no lo sabe, lo que sus ojos pueden ver aún es pura oscuridad. Del cansancio de su cuerpo anoche se había quedado dormido en algún momento, pero se ha despertado hace unos minutos, su mirada está pérdida, su mente apagada y sus ojos pesados. Había dormido en la misma posición sin moverse de su lugar, abraza sus piernas, su rostro estoico, inmóvil. Esperando pacientemente.

El baño se llenó de luz de repente al ser la puerta abierta, cegándolo levemente. Alzó la cabeza en automático, entrecerrando los ojos por la fuerte luz, en medio de ese resplandecer Chenle está de pie, viéndolo con cariño y una bonita sonrisa decorando su rostro. Sus ojos se llenaron de brillo nuevamente, finalmente va a salir de ese ataúd. Chenle caminó hasta él y lo cargó sin problemas, él se aferró como niño pequeño, enrollando sus brazos en el cuello y sus piernas en la cintura ajena, lo abrazó con fuerza no queriendo ser soltado jamás, había estado en un situación muy desequilibrada e insana hace poco, así que estar entre los abrazos de Chenle es como volver a estar vivo.

—Buenos días, cariño.— dijo Chenle tocándolo con cariño.

—Te extrañé tanto…— gimoteó. —Y-yo no quería estar solo, quería estar contigo…

—Tranquilo, ya pasó.— Chenle le acarició el cabello. —Todo está bien, estás conmigo.

Chenle lo llevó a su habitación entre sus brazos como si estuviera llevando una pluma, sin esfuerzo alguno. Al estar allí lo adentró en el baño y lo dejó en la bañera, la cual llenó con agua tibia que fue un alivio para su cuerpo, solo se deja hacer mientras Chenle lo cuida, incluso se dejó vestir una vez fuera del baño, no le molesta sentirse un niño pequeño frente a su novio. Se relajó al sentir las suaves manos del chino sobre su rostro mientras lo maquilla, Chenle no había tenido mucho cuidado ayer así que supone que los golpes deben ser bastantes notorios, Chenle se concentra mucho cuando toca cubrir cada rastro de lo sucedido, realmente nunca supo cómo es tan bueno en tapar las marcas y que se viera tan natural, él no sabe cómo hacerlo, nunca se maquilla, Chenle le repite lo hermoso que es al natural y él piensa de la misma manera así que nunca se tomó la molestia de aprender.

Una vez estuvo listo Chenle lo recostó en la cama con suma suavidad, tapándolo con la sábana.

—¿No puedo ir contigo?— preguntó, sabe que irá al trabajo ese día, pero después de lo de anoche no quiero quedarse solo, si después de algo como eso no está pegado a Chenle su mente se desequilibra y se ofusca, se pone ansioso y hasta llega delirar. Necesita estar al lado de su lindo y gentil novio que tanto ama.

—Hoy no, mi ángel. Estaré muy ajetreado y no podré estar contigo, prefiero que te quedes aquí así no te aburres.— Chenle le besó la frente. —Descansa. Hoy no puedo cocinarte yo, pero lo hará Kwon que también es muy talentosa.— le sonrió.

—Oh, ¿hoy la mandaste a llamar?— era un alivio, al menos no estará solo. —Está bien, dormiré un poco. Que tengas un buen día.— le sonrió de vuelta, Chenle se inclinó hasta el para besarlo en los labios, un beso más largo de la planeado, pero que les fascinó a ambos. —Te amo.

—Yo más.— Chenle sonrió una última vez antes de irse.

+

Jisung durmió un par de horas que le vinieron de maravilla. Después de despertar y lavarse la cara estuvo como nuevo, agradece que el maquillaje fuera a prueba de agua. Tiene los ánimos renovados.

Al bajar las escaleras encontró a la señora Kwon limpiando el primer piso. Habló para llamar su atención. —¡Hola señora Kwon! ¿Cómo está?

Ella dejó de limpiar las ventanas para girar el rostro, esbozó una sonrisa. —Buen día señorito Jisung, estoy muy bien, ¿y usted?

Maniac {Chensung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora