13

177 11 21
                                    

Ambos se quedan de piedra ante la presencia del otro, el mundo paralizándose de golpe.

Jisung siente el miedo apoderarse de él en cuestión de segundos.

Mientras que Jaemin no puede creer lo que sus ojos ven.

Le había hecho caso a su instinto que le decía que debía ir corriendo a asegurarse del estado de Jisung, después de mucho estrés y nervios decidió ir a cerciorarse de si era un paranoico o no, fue lo más rápido que pudo hasta esa casa, encontrando la puerta abierta, no dudó ni un segundo en entrar, pero al escuchar un desgarrador grito el miedo lo invadió.

—¿Jisung…?— dice en un susurro, perdido y desconcertado, no queriendo creer que a quien tiene enfrente es su mejor amigo.

Los ojos de Jisung se llenaron de lágrimas nuevamente, queriendo que la tierra se lo tragase y no lo escupiera nunca. Aprieta los dientes mientras aparta el rostro, girándolo y cerrando sus ojos para evitar a toda costa verle la cara.

No quiere que lo vea así.

Jaemin al ver expresión de angustia y tristeza que el chico que ama intenta ocultar, siente su corazón ser despedazado.

—¡Jisung!— gritó finalmente totalmente alterado, corriendo velozmente hasta la cama, arrodillándose frente a él. —¡¿Qué te paso?!— tomó las manos contrarias entre las suyas, víctima del pánico, agitado y aturdido, tratando de comprender que sucede. Inquietándose más al no recibir respuesta. —¿Q-que sucedió? ¡¿Estás bien?! ¡¿Quién te hizo esto?!— su corazón late a mil por hora, su respiración entrecortándose por completo amenazándole con ahogarlo en ese momento. —Jisung, p-por favor. — las lágrimas aparecen a los segundos. —¡Dime que te pasó!

Jisung se niega totalmente a verlo, así que exaltado en busca de respuestas lo toma delicadamente del rostro y se lo endereza obligándolo a encararlo.

Quiso morir al contemplar el rostro completamente destrozado de su otra mitad, tanto física como emocionalmente se ve destruido, su expresión lo dice, dice lo adolorido y afligido que se encuentra, y las lágrimas solo completan el cuadro más doloroso que ha tenido la desdicha de presenciar.

—No me mires…— murmuró Jisung con voz ahogada. —Estoy horrible.

Las pupilas de Jaemin tiemblan de confusión y del lio que ahora es su mente.

—Fue Chenle, ¿verdad?— preguntó cuándo los engranajes volvieron a girar en su cabeza, sintiendo el enojo y la ira viajando por su sangre. El silencio y suspiro abatido que soltó Jisung solo respondió su pregunta, causando que furia explote dentro de sí como una bomba atómica. —¡Voy a matar a ese maldito!— gruñe con fuerza levantándose de golpe.

Su cabeza no piensa en ese momento, solo tiene como objetivo descuartizar a la escoria andante llamada Zhong Chenle que se atrevió a ponerle una mano encima a su Jisung. Su mente está fuera de sí, la cólera apoderándose de su sistema.

Se giró a la puerta dispuesto a torturar de la peor manera posible a ese bastardo. Da pasos decido a soltar toda su rabia, a descargar ese furor asesino sobre esa porquería haciéndose llamar persona.

Lo va a hacer pagar, aunque sea lo último que haga.

—¡Jaemin!— gritó Jisung ante esa aura homicida y oscura que envuelve al pelinegro. Se levanta rápidamente de la cama y lo toma del brazo impidiéndole que siga avanzando. Jaemin lo mira con ojos vacíos y aterradores, con una expresión de total coraje. —Sé que estás molesto, pero no hagas una locura. — le suplicó con la mirada.

—¡¿Qué demonios estás diciendo?! ¡Mira cómo te dejó ese hijo de perra! Voy a matarlo con mis propias manos.

—Por favor. — tomó su mano. —No te dejes llevar por la molestia.

Maniac {Chensung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora