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Jaemin camina mientras canta en su mente la canción que reproduce su teléfono y llega a sus oídos a través de los audífonos, mantiene las manos en los bolsillos sintiendo agradable el clima frio de la mañana. No falta mucho para llegar a la casa de Jisung, se dirige allí después de que su amigo se lo permitiera al volver del supuesto viaje ese en el que estaba.
No se lo cree del todo, le parece algo extraño que justo después de aquella escena extraña tuvieran que irse a un viaje y más si era de negocios, pues según Jisung a él le parecían aburridas y pedantes, y si Jaemin está de vuelta, ¿por qué no quedarse? Además de que le pareció extraño que no se mantuvieron comunicados por video llamadas, ya que cuando Jisung se encontraba en un lugar diferente le gustaba mostrárselo, esta vez en cambio no permitió que encendieran la cámara en ningún momento.

Para asegurarse pasó por la casa unas cuantas veces, verificando que efectivamente estaba vacía.

Sacudió su cabeza tratando de alejar esos pensamientos absurdos. Debe dejar de pensar que Jisung le está ocultando algo y ser tan paranoico, solo exagera, a Jisung no le ocurre nada, se encuentra perfectamente bien al lado de una persona que daría todo por él, debe de pensar en su posición y evitar que sus celos crearan situaciones estúpidas.

Jaemin confía en Jisung, si le dice que todo está bien así es.

Llegó a su destino poco después, pausó la canción que iba a reproducirse para posteriormente guardar los audífonos. Finalmente tocó el timbre.

Fue atendido segundos después.

—¿Tu cara era así de hermosa?— dijo en forma de saludo con una sonrisa.

—¡Jaemin!— Jisung se lanzó a él atrapándolo en un abrazo. Se lo devuelve con cariño demostrando cuanto lo extrañó.

—¿Cómo estás?

—¡Bien! Estoy muy bien, ¿por qué no lo estaría? ¡Estoy más que genial!

Jaemin frunce el ceño, luego se separa. —¿Te sientes bien?

—Te acabo de decir que si, ¿y tú?

—Estoy mejor ahora que te veo. — le guiñó un ojo.

—¡Sí! Todos estamos bien, yo también lo estoy.

Jaemin lo mira confundido, Jisung mantiene una extraña expresión. —¿Qué te pasa?

—¡¿Debería pasarme algo?! ¡Estoy genial! Vamos, pasa.

—Estás actuando extraño. — le dice adentrándose en la casa, Jisung cierra la puerta a sus espaldas y ambos caminan a la sala.

—Para nada. — hizo un gesto con la mano. —¿Quieres hacer algo? Ya que estamos bien podemos hacer lo que sea, ¿y si nos bañamos en la lluvia como cuando éramos niños?

Jaemin se gira encarando y analizando la postura del contrario, se abraza a sí mismo, con una sonrisa amplia sin mostrar los dientes y los ojos muy abiertos como queriéndose convencer de sus palabras.

—¿Seguro que no te pasa…?

No terminó, sus palabras son cortadas cuando Jisung corre hacia él y vuelve a abrazarlo con fuerza, apretándolo y ocultando el rostro en su cuello. Jaemin se confunde ante el repentino acto, devolviéndoselo casi por instinto. El agarre es firme, Jisung parecía querer que no se fuera nunca.

—Ah… ¿estás…?

Volvió a interrumpirse a sí mismo, ahora al escuchar pequeños sollozos por parte de su mejor amigo.

Separa al pelinaranja para confirmar que efectivamente está llorando.

—¿Por qué lloras? ¿está todo bien? ¿te pasó algo? ¿Chenle te hizo algo?— pregunta con seriedad apretando el agarre en sus brazos. —Dime que tienes, te juro que haré pagar a quien te hizo llorar, ¡Habla, Jisung!

Maniac {Chensung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora