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Dedicado a ryugloss ❤️

«Porque le importas»

Astra

Cuando estuvimos dentro del salón, me atacaron los nervios. Todos los ojos se posaron sobre nosotros y cinco segundos se sintieron como cinco horas. Visualicé a los otros dos equipos al fondo del salón, rodeados de personas que lucían importantes; posibles patrocinantes quizá.

Antes de que políticos o empresarios se acercaran a nosotros, Micaiah Frederick lo hizo. Se veía elegante en un traje negro e impoluto, como todo lo que vestía, como su pelo y sus ojos. Era un hombre imponente, atractivo e incitante. Cuando estuvo frente a nosotros, nos sonrió con serenidad y nos regaló a cada uno un leve asentimiento de cabeza a modo de saludo.

—Equipo dos —murmuró—, qué gusto que hayan podido llegar sin inconvenientes en el camino. El Gobernador está por acá, síganme para que los presente. Se alegrará de verlos.

Micaiah se mostró muy amable, y pude darme cuenta de que lo que quería, en realidad, era marcarnos frente a los demás. Éramos sus participantes, sus jugadores, sus posibles campeones, y él quería que todos los supieran.

Atravesamos el salón con un montón de personas queriendo saludarnos, pero no nos detuvimos hasta que llegamos a la mesa donde el Gobernador de Harlax estaba sentado.

Me quedé paralizada al verlo. No podía creer que estaba frente al hombre más importante de la ciudad, aquel que solía ver solo por televisión y que jamás pensé que podría tener a pocos metros de mí.

Erdric Arundel era un hombre alto, un poco subido de peso, con el pelo absurdamente rojo y un bigote abundante. Al sonreírnos, se formaron arrugas alrededor de sus ojos, y luego nos estrechó una de sus gigantescas manos.

—Vaya, pero si son los jugadores que están empezando a dar de qué hablar. Disfruté mucho verlos entrenar en el episodio de hoy. Tienen mucho potencial —dijo.

Primero estrechó su mano con la mía, luego Cayla... Y cuando fue el turno de Cassian, noté cómo su sonrisa se tensó. Aquello solo confirmaba lo que el encuentro con Mason me dejó sospechando: el Gobernador sabía quién era el papá de Cassian y, al parecer, no le tenía ninguna estima. Sin embargo, si tenía un problema también con Cassian, lo supo disimular bien, como el político que era.

—Un placer conocerlo —respondió Cassian, como si no se hubiera dado cuenta.

Conociéndolo, claro que lo había hecho y tal vez por eso le estaba contestando.

—El equipo dos es, sin duda, muy interesante —comentó Micaiah Frederick, paseando la mirada por cada uno de nosotros—. Es una composición variada, pero estoy seguro de que sorprenderán a todos en el segundo juego.

¿Tanta fe nos tenía o solo lo decía para quedar bien?

—Estoy seguro de eso —concedió el Gobernador—. Mason quedó maravillado con los tres. Llegó a casa hablando muy bien de cada uno... —Luego, miró a Cassian—, a pesar de todo.

Antes de que la situación se volviera más incómoda, Mason llegó a la escena y nos sonrió a todos con esa armonía natural que destilaba. Vestía un traje blanco con detalles rojos como su color de pelo. Tenía las manos cubiertas con guantes color marfil, luciendo como un príncipe de cuentos.

—Bienvenidos al baile, me alegra mucho que puedan estar acá —soltó, cordial, antes de girarse hacia su papá con seriedad, como si no compartieran un lazo filial—. Gobernador, este es el equipo que le comentaba. Ella es Cayla Reade, proviene de Pakfarm, un sector fascinante, y como has visto en los videos, tiene gran potencial como tiradora.

Arcadis: El juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora