Arcadis: El juego ©

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Dedicado a gixdapg_ ✨

«Brillante, poderosa y bonita»

Astra

Cassian estaba acostado junto a mí.

Su cuerpo estaba tan cerca, que podía sentir su cálido aliento y su respiración tranquila, controlada. Inhalé todo el aire que pude e intenté concentrarme en la misión.

Esa mañana, llegó con una nueva actividad para que entrenáramos.

Cayla sabía cómo dominar armas e incluso ser silenciosa para cazar o defender; Cassian había demostrado ser muy bueno con su sigilo en el bosque... Y yo era la única que no sabía cómo no hacer ruido con solo caminar. Así que la práctica de la mañana consistía en eso: en enseñarme cómo ser más sigilosa para capturar a una presa. O, en este caso, a otros compañeros.

Luego de algunas explicaciones, Maddox nos llevó a las afueras de Connektd —con supervisión de personal de la empresa—, donde tenían un estacionamiento gigante, con árboles, arbustos, y por supuesto, muchos autos. Era el sitio ideal para esconderse. Maddox había nombrado a Cayla como la presa, y Cassian y yo teníamos que aliarnos para cazarla en menos de diez minutos. Ahora bien, si en ese tiempo, Cayla se convertía en la cazadora y nos inmovilizaba a Cassian y a mí, Maddox la premiaría. No nos dijo con qué, pero los tres éramos lo suficientemente competitivos y haríamos lo que fuera para que el otro bando no ganara.

—¿Estás segura de que la escuchaste cerca? —susurró.

—Oí unos pasos. Pudo haber sido Maddox también, o algún otro trabajador de la empresa.

—No. Se supone que durante este ejercicio no permitirían que nadie interviniera. ¿Puedes identificar en qué dirección escuchaste sus pasos?

Estábamos acostados boca abajo, detrás de unos coches y cubiertos a la perfección por un arbusto. Ambos teníamos armas de paintball en nuestras manos y hablábamos tan bajo que tenía que concentrarme demasiado en su tono de voz para poder entender bien lo que decía.

—No, no sé en qué dirección —respondí.

Cassian frunció un poco los labios para meditar cómo proceder. Al empezar, Maddox nos dio un par de minutos a ciegas a cada bando para ocultarnos.

—Jamás he cazado animales, mucho menos personas, pero hay cosas básicas con las que podemos comenzar. Lo primero es conocer a tu presa, y eso es algo que ya tenemos —dijo—. Con lo que conoces a Cayla, ¿dónde crees que se ocultaría?

Paseé la mirada por lo poco que podía ver del lugar, tratando de imaginarla en cada una de las áreas.

—No se acercaría al depósito de basura, odia los malos olores —argumenté—, ni sitios donde los charcos de lluvia sean muy profundos. Lo más probable es que haya elegido subirse a un árbol o a algún puesto alto donde tenga ventaja al momento de apuntar. Es diestra, es algo que hay que tomar en consideración cuando escaneemos un sitio para que no nos tome por sorpresa. También, es el primer brazo que hay que inmovilizarle.

Sus ojos marrones examinaron mi rostro antes de sonreír con lentitud.

Aunque odiara admitirlo, Cassian se veía muy lindo cuando sonreía.

Asintió, de acuerdo conmigo.

—En Supervivencia —empezó—, Cayla me siguió durante gran parte del día sin que la notara; solo apareció cuando sintió que no le haríamos daño. ¿Sabes qué quiere decir?