Casi siempre me encontraba con la Nacha en la entrada del colegio. Era como si nos demoráramos lo mismo en llegar.
─Wena, hermana ─me saludó.
─Wena po.
─¿Fuiste el sábado?
─De pasá no más. ¿Y vo? No te vi.
─Llegué súper tarde a la casa del Alonso.
─Con razón. ¿Pasemos al baño?
Como quedaban cinco minutos para que tocaran, pasamos al baño no más, y mi mejora cerró la puerta como si quisiera decirme algo súper privado.
─¡La compás estaba en el cumple, hueón! ─me contó súper impactá─. ¡Vuelve hoy día!
─Sí sé, hueón, me la encontré en la puerta de la casa del Alonso el sábado, estaba hablando con el Fede.
─¡Y no me contaste!
─Estuve todo el día con él, sorry.
─Sí po, ya no te acordai de que tení amiga ─dijo media choreá.
─¡Na que ver! Incluso hoy día me iba a sentar con vo.
─Me voy a sentar con la Ágata ─se rascó la cabeza.
─¡¿QUÉ?! ¿POR QUÉ? ─grité.
─Era broma, ahueoná ─se empezó a reír como enferma.
─Soy maraca oh ─la miré feo.
─¿Quién? ¿Vo? Ya sabía.
─Ya sabía ─le hice burla.
─Madura, hermana.
─Vo madura primero, erí más vieja que yo.
─Soy tres meses mayor que vo no más, ¿qué hueá?
─Shut up.
─Cállate vo.
─Cachai que el sábado... le di un beso al Fede ─le conté.
Ella dio un grito de emoción que me hizo saltar del susto.
─¡Cuéntamelo todo!
Le conté todo con lujo y detalle.
─¡Al fin po! ¡Congratulations!
─Grax. Oe tocaron ─me miré por última vez en el espejo y salí del baño.
La Nacha salió detrás de mí.
─El Fede te contagió lo flaite parece.
─¿Cuándo ha sío' flaite mi pololo?
─El Caquín me contó.
Puse care' 1313.
─¿Caquín? ─pregunté aguantando la risa─. ¡Uuuuuyyyyyy! ─la molesté.
─¡Oe para! Si yo odio al Joaquín, ¿ok?
─Del odio al amor hay un solo paso ─le recordé el dicho.
─El Fede y tú son el claro ejemplo.
─Ah, feo culiao. Es que no es lo mismo, este hueón era insoportable po, ¿te acordai que me pasaba molestando con la regla?
─¡Cómo olvidarlo!
─Era más bipolar... Menos mal que se le pasó, o si no, charchazo en la raja... o adelante mejor ─me reí como enferma.
─Ella po, la más ninfómana.
─Oe, si yo no voy a culiar con el Fede.
Estábamos a mitad de la escalera, y una pendeja subió justo cuando la Nacha y yo nos pusimos a hablar esos temas de adultos.