XIX

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(Nacha) Segunda parte.

Mientras comíamos el medio revoltijo de hueás con el Alonso, íbamos conversando esas hueás que pasaron el año pasao' po.

─¿En qué parte quedé? ─me preguntó el hueón con el hocico lleno.

─Que con la Lidia te obligamos a ir al carrete pre vacaciones de invierno.

─Ah, ¡sí po! Y como la Ágata estaba con amigdalitis, no me podía acompañar, y yo no le avisé que iba.

─¿Y cuándo chucha le contó la Maca que se comieron?

─Después de las vacaciones de invierno.

─A ver, estoy media enredá. Ese carrete fue a principios de julio, entonces las vacaciones terminaron a finales de julio.

─Sí po. Y la semana después de las vacaciones de invierno la Maca soltó la bomba.

─¿Y la compás te perdonó tan rápido?

─Es que yo no supe que la Maca le contó po, la Ágata estaba esperando que yo le dijera, cosa que no iba a hacer po, nunca tan hueón.

─Hueón, erí entero enredao pa' contar las hueás.

─¿Y boston?

─No. Ya, sigue.

─Lo pensé mal.

─Vo andai puro pensando en serso.

─¿Y bosnia?

─No, continúa.

─Me da risa cuando decí "continúa" ─se cagó de la risa, pero siguió contándome cuando lo miré severamente─. Cuando la Ágata supo, no terminó conmigo, no sé por qué chucha no me pateó, pero yo me hice el hueón no más po, hasta que supe que estaba comiéndose a ese hueón en el mall.

─Pero ustedes ahí ya habían terminado. ¿Por qué?

─Porque la Ágata se puso rara, se puso pesá, mandona, celosa. Pasábamos puro peleando, no me dejaba hablar con ninguna mina, sobre todo con ustedes.

─¿Y antes no era así?

─No po, era la mina perfecta.

─Hueón, ahora que me acuerdo, la vi comiéndose a un hueón en la fonda del año pasao'.

─¿Qué? ¡En ese tiempo seguíamos juntos hueón! ¡No puedo creer que me cagara!

─Tshoa, ¿se te olvidó que vo la cagaste primero? Como pecas, pagas, Alonsín.

─Fui más hueón.

─Cuándo no po.

─Já. Pero ahora todo calza po, yo me comí a una mina, y la Ágata se vengó el triple.

─Así es ella ─me encogí de hombros.

─Oh hueón, todavía no que me cagó tres veces.

─De hecho, fue una. Cuando ella se comió al mino en el mall, tú ya la habíai pateado.

─¡Fueron tres! Cuando la pateé, fue porque andaba súper descariñá conmigo, no me quería dar besos ni nada, aparte de que era más celosa que la chucha, y después supe que se había comido a un primo suyo que me cae como el hoyo. La segunda vez en la fonda, y la tercera vez, con el hueón del mall ─se paró y se agarró la cabeza mientras caminaba alrededor de mi casa.

─Pero hueón, ¿por qué te poní así, tan exagerao? Si ya pasó la hueá, supéralo. ¿No estai tan enganchao de la Lidia?

─Ah, ni ahí con ella. Es que la Ágata quiere cagar mi vida.

Fui una ahueoná | EDUA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora