Dia 1: Mafia

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2 DE AGOSTO

¿Enemigos? Si, claro, ellos podían ser todo, menos enemigos y la infinidad de noches que habían compartido cama podían atestiguar sobre ello.

Pese a que sus pandillas no se llevaban muy bien del todo y sus territorios tenían fronteras peligrosas hace años que ninguno de los dos transgredía sus limites, ni los acuerdos de aquel viejo trato. Se podría decir que se llevaban bien y aunque en un principio trataron de matarse entre ellos, una noche de pasión les basto para dejar los rencores atrás y llevarse un poco mejor, pero solo un poco porque años de rivalidad no podían ser borrados con una buena sesión de sexo.

Casi nadie recordaba la fiesta que inicio todo, pero para ellos estaba grabado en su cerebro como fuego, especialmente para Senku que tenia un prodigioso cerebro que podía recordarlo todo, cada detalle, cada curva, cada insulto y cada intento de asesinato; aquella noche Senku había decidido acabar con la vida de ella pero algo salio espantosamente mal o algo así.

Hace 9 años:

La fiesta era en casa de la familia Nanami, conocidos por su gran imperio legal y solo un poco por sus negocios en el bajo mundo, su hijo Ryusui tenia la fama de reunir gente peligrosa en sus fiestas y aquella vez no fue la excepción.

—Como siempre Ryusui siendo extravagante—dijo Senku mirando la pista de go karts, las enorme piscina, los traga fuego, malabaristas y las bailarinas exóticas.

—Pero siempre es divertido ver que nuevo entretenimiento nos trae—dijo Chrome emocionando viendo lo mismo que Senku, el peliverde lo miro con cara de aburrimiento.

—Recuerdame, ¿por qué estamos aquí?—Chrome le regreso la mirada y se le acerco.

—Para acabar con la líder de la banda norte—, Senku suspiro, jamas perdonaría a su padre por incorporarlo en aquel mundo, se alejo de las atracciones, necesitaba un trago.

—Acabemos con esto—.

La fiesta prosiguió con relativa calma, todo el mundo bebía, bailaba reía, fumaba, nada del otro mundo pero llego el punto en el que Senku ya no podía mas y se tuvo que retirar a un balcón, odiaba el olor a cigarro, la música estaba muy fuerte y siempre odio bailar, para él las fiestas de Ryusui eran una tortura, pero esa vez tenia una misión y debía cumplirla, la banda norte había estado haciendo demasiados estragos en sus negocios y había conseguido el arma ideal para acabar con la vida de esa chica sin dolor gracias a su brillante cerebro, un dulce veneno de belladona.

Escucho la puerta del balcón abrirse y cerrarse de un portaso, un par de tacones caminando en su dirección y la voz de una chica diciendo:

—Maldito Ryusui y maldita fiesta—. Senku no podía estar mas de acuerdo y se lo hizo saber, pero jamas vio a la chica.

—¿Mala noche?—La chica se sobre salto un poco, lo miro de reojo regreso la mirada la frente y hablo.

—¡Ja! ¿Mala noche? ¡De las peores!, ¿Puede creer que un idiota trato de drogarme para estar con él?— Senku rio un poco.

—No es por arruinar la ilusión pero mucha de la gente allá adentro no es muy honesta que digamos—. Ella sonrió.

—No, al parecer, no. ¿Y usted?¿También esta teniendo una mala noche?—

—No tanto como la suya por lo que veo, solo es una noche cansada—.

—¿Demasiado trabajo?—

—Demasiado trabajo, usted lo ha dicho—. Se quedaron en silencio un rato, apreciando la panorámica del balcón de la mansión Nanami mientras bebían un poco de sus tragos, la chica fue la primera en romper el silencio.

Semana SenHaku 2022 Agosto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora